La delegación venezolana, encabezada por el dictador Nicolás Maduro, intentó hasta el último minuto incluir al país en la lista de nuevos socios de diálogo de los Brics, en la cumbre de jefes de Estado celebrada en la ciudad rusa de Kazán, que finaliza este jueves. Pero fracasó. La posición del gobierno brasileño fue fundamental para frenar la ofensiva diplomática de los venezolanos y, como explicó a GLOBO el asesor especial de la Presidencia, Celso Amorim, nunca fue una cuestión de democracia.
Incluso la izquierda comete errores [al comentar el tema]. El problema con Venezuela [en los BRICS] no tiene que ver con la democracia, sino con un abuso de confianza. El abuso de confianza fue algo grave. Nos dijeron algo y no se hizo.
Amorim se refiere a la promesa del Palacio de Miraflores de entregar las actas del Consejo Nacional Electoral (CNE), emitidas en las elecciones presidenciales del 28 de julio. El día después de las elecciones, el asesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva acudió personalmente al palacio presidencial venezolano, donde fue recibido por Maduro.
Durante la reunión, el Jefe de Estado aseguró a Amorim que su gobierno presentará las actas electorales que, según él, confirmarán su segunda reelección consecutiva. Pero las actas nunca aparecieron.
La entrada de Venezuela en los BRICS No es un problema de régimen político, es una cuestión de abuso de confianza. Actuamos de buena fe, pero con Venezuela se rompió la confianza, subraya Amorim, quien expresó el deseo de Brasil de «recuperar la confianza» en el país.
En Caracas, los analistas consideraron desastroso el viaje de Maduro a Kazán. Al venezolano no se le permitió participar en la foto oficial del evento y todos sus intentos de poner a Venezuela en la lista de nuevos socios fracasaron. El papel de Brasil, aseguraron fuentes de la delegación brasileña, «fue fundamental» en la barrera impuesta a los venezolanos.
En Brasilia, dijeron fuentes gubernamentales, Lula «ya no quiere oír hablar de Maduro y Venezuela, hay agotamiento». A partir del 10 de enero, día de la toma de posesión del presidente venezolano, Brasil ya no reconocerá a Maduro como jefe de Estado del país y la relación quedará congelada.
Con información de OGlobo