La diputada española Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz adjunta del Partido Popular (PP) en el Congreso de España, afirmó que el presidente colombiano Gustavo Petro ha sido un aliado y un cómplice de la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.
«Gustavo Petro ha sido un aliado, cuando no un cómplice, de Maduro. Me temo que Gustavo Petro no pertenece a esa escuela o a esa familia de una izquierda democrática dispuesta a denunciar las violaciones a los derechos humanos cuando se producen, y nada menos que en un país vecino. O sea, Colombia tiene, no sé, ustedes sabrán mejor la cifra, por lo menos más de 2 millones de exiliados venezolanos en su país. Es decir, el interés máximo de Colombia es que Venezuela sea una democracia. No va a haber paz en Colombia si no hay libertad en Venezuela», expresó en una entrevista concedida a la revista SEMANA.
Álvarez de Toledo considera que, lo que está haciendo Gustavo Petro al amparar y proteger a Maduro, es también amparar y proteger las violaciones de derechos humanos. Y a su vez, también socavar la propia democracia colombiana, debilitar a Colombia y a sus propias, no solamente instituciones, sino a su progreso, su bienestar y a su propia convivencia dentro del país.
Asimismo, opinó que Gustavo Petro entra en la categoría de caballos de Troya o burros de Troya de la democracia.
«¿Por qué digo burros de Troya? No es para hacer una gracia, lo digo porque cabalgan a lomos de la ignorancia; es decir, intentan promover la ignorancia en la sociedad para que no sean conscientes de esos procesos de degradación democrática. Es decir, llegan a las instituciones vestidos de demócratas, ya no llegan con armas revolucionarias o vestidos de uniformes militares, sino vestidos a través de las instituciones, ganando elecciones. Pero una vez dentro de esa institucionalidad empiezan a socavarla desde el interior y a mí es algo que me preocupa muchísimo», dijo.
De igual manera, aseveró que todo el mundo sabe que Edmundo González ganó las elecciones en Venezuela y no porque lo diga la oposición, sino porque hay actas.
«Si la voluntad de los venezolanos no es reconocida y, por tanto, plasmada en hechos reales, que es el fin de la dictadura, eso sentará un precedente diabólico para cualquiera de nuestros países. Es decir, la violencia se habrá impuesto a la voluntad popular, y eso no lo puede aceptar ningún demócrata del mundo», sentenció.
Con información de la revista SEMANA