Han pasado 18 días desde el inicio de los bloqueos en Bolivia por seguidores de Evo Morales, que han cortado las carreteras que conectan al oriente y occidente del país, con lo que el departamento de Cochabamba ha quedado cercado y el de Santa Cruz prácticamente incomunicado de las principales capitales del país.
Ante los pedidos de diversos sectores de intervención de los piquetes por las pérdidas económicas que genera, el presidente Luis Arce emitió ayer un video en el que dio un ultimátum a las organizaciones sociales afines al líder cocalero y advirtió con usar sus “facultades constitucionales” para restablecer el orden en el país, en clara referencia al uso de la fuerza del Estado.
“Exigimos el levantamiento inmediato de todos los puntos de bloqueo para el restablecimiento de la normalidad en nuestro país. De no escuchar este clamoroso pedido del pueblo boliviano, nuestro Gobierno elegido democráticamente con más del 55% de los votos, ejercerá sus facultades constitucionales para precautelar el interés del pueblo boliviano”, agregó.
En paralelo se promulgó un decreto que aprueba el pago de un bono para los policías que enfrentan “situaciones que ponen en riesgo su vida e integridad física” y se instruyó el traslado de policías a Cochabamba “con la finalidad de apoyar a las operaciones policiales de mantenimiento y restablecimiento del orden público”.
La protesta inició como una muestra de respaldo al Morales que enfrenta cargos judiciales por los delitos de estupro y trata de personas, por los que puede ser aprehendido tras haberse ausentado a su declaratoria en la Fiscalía. Posteriormente se sumaron otras demandas de tinte económico y político, como resolver la falta de dólares y validar un congreso del Movimiento Al Socialismo (MAS) que ratificó al líder cocalero como su máximo dirigente y lo proclamó candidato a las elecciones presidenciales de 2025.
Previo al mensaje de Arce, Morales advirtió con un “levantamiento” indígena y militar si es capturado por la Policía. “Yo tal vez puedo exagerar pero puedo asegurar que hay un levantamiento (de ser capturado), tengo audios que me llegan de militares y policías, los militares me dicen por una parte ‘nos estamos amotinando, no vamos a seguir’, porque están cambiando al mando rápidamente”, manifestó Morales en entrevista con la agencia de noticias EFE.
La crispación política entre Morales y Arce ha llegado a su nivel culminante luego de que el líder cocalero denunciara un intento de asesinato por parte del Gobierno, cuando el domingo los vehículos en los que se transportaba recibieron 18 disparos en una carretera del Trópico de Cochabamba. Al día siguiente, el ministro de Gobierno (Seguridad), Eduardo Del Castillo, admitió que se trató de un operativo policial pero lo justificó argumentando que la comitiva del ex presidente se negó a parar en un retén antinarcóticos de rutina, atropelló a un policía y disparó contra los vehículos policiales.
Enfrentamientos en operativos policiales
En días pasados se realizaron operativos aislados en algunos puntos de bloqueo en los que se generaron enfrentamientos entre policías y manifestantes. Los hechos de violencia causaron 70 personas heridas entre civiles y uniformados, según datos ofrecidos por Arce en su mensaje.
También se reportaron agresiones físicas a periodistas y se tomaron rehenes, que luego fueron recuperados a cambio de la liberación de detenidos por la Policía. Tras la apertura de carreteras y el repliegue de la Policía, varios piquetes se han vuelto instalar. Este jueves se registran al menos 23 cortes, la mayoría en la zona cocalera del Chapare, bastión político y sindical de Morales donde está refugiado desde finales de septiembre.
Arce condenó los hechos de violencia y afirmó que los manifestantes se encuentran armados. “Mientras los efectivos policiales, que trabajan para garantizar la libre transitabilidad, se encontraban equipados solo con agentes antidisturbios, es decir gases lacrimógenos, algunos bloqueadores estaban equipados con armas de fuego, dinamita y otros”, mencionó.
Con información de Infobae