El voto de Argentina este miércoles a favor de Cuba en la ONU desencadenó la inmediata decisión del presidente Javier Milei de designar un nuevo canciller e iniciar una auditoría entre los diplomáticos de carrera para «identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad».
Según informó el Gobierno, Diana Mondino, quien comandaba el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto desde el inicio del Ejecutivo de Milei, en diciembre pasado, presentó su renuncia, la cual fue aceptada.
En su reemplazo fue designado Gerardo Werthein, veterinario de profesión y destacado empresario, presidente del Comité Olímpico Argentino entre 2009 y 2021 y exmiembro del Comité Olímpico Internacional, un hombre cercano a Milei y que desde abril pasado se desempeñaba como embajador en los Estados Unidos.
La salida de Mondino se confirmó al cabo de una ola de rumores sobre su inminente eyección del Gabinete de Milei tras el voto de Argentina en la Asamblea General de la ONU.
Allí, el país suramericano se sumó a otros 186 Estados para configurar una mayoría aplastante que determinó la aprobación de una resolución sin efectos vinculantes contra las sanciones de Estados a Unidos a Cuba, que se prolongan ya por 62 años y han supuesto un duro golpe a la economía de la isla.
El voto argentino no supuso cambio alguno respecto a cómo se había expresado el país suramericano en asambleas anteriores respecto a la misma resolución.
Lo que sorprendió es que, con el rotundo giro en materia de política exterior tras la llegada de Milei a la Casa Rosada, en esta ocasión Argentina no cambiara su voto y acompañara a Estados Unidos e Israel, únicos dos países que este miércoles rechazaron la resolución de la ONU.
Milei ha señalado a Estados Unidos e Israel como los aliados de su Gobierno en materia de política internacional y ha expresado en reiteradas ocasiones su enfático rechazo a Gobiernos de izquierda.
El mandatario de ultraderecha, incluso, cuestionó en su intervención del pasado 24 de septiembre en la Asamblea General de Naciones Unidas que esa misma organización «que dice defender los derechos humanos» haya «permitido el ingreso al Consejo de Derechos Humanos a dictaduras sangrientas como la de Cuba y Venezuela, sin el más mínimo reproche».
Al confirmar la salida de Mondino, la Oficina del Presidente aseveró en un comunicado que Argentina «se opone categóricamente a la dictadura cubana y se mantendrá firme en la promoción de una política exterior que condene a todos los regímenes que perpetúan la violación de los derechos humanos y las libertades individuales».
Aseguró que Argentina «defenderá los mencionados principios en todos los foros internacionales en los que participa» y atribuyó a Werthein la responsabilidad de liderar ahora «la continuidad de la transformación en la política exterior» del país suramericano.
«La Argentina atraviesa un período de cambios profundos, y esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales», sostuvo la Oficina del Presidente.
El Gobierno de Milei advirtió además que «iniciará una auditoría del personal de carrera de la Cancillería, con el objetivo de identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad».
Fuentes diplomáticas consultadas por EFE indicaron que el anuncio de purga generó un «gran malestar» en el Servicio Exterior de Argentina -integrado por unas mil personas-, aunque señalaron que «no sorprende» porque ya era evidente la «desconfianza» de ciertos sectores de la Casa Rosada sobre la labor diplomática.
Menos de dos semanas atrás, Milei había enviado una nota oficial a todos los embajadores y altos funcionarios del Servicio Exterior argentino para exigirles compromiso con «las ideas de la libertad» y advertirles de que «quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado». EFE