Las elecciones en Estados Unidos se deciden por el Colegio Electoral, un sistema donde los votos no se distribuyen de manera directa por el sufragio popular, sino por el número de votos electorales que cada estado asigna. California se destaca por ser el estado con la mayor cantidad de votos electorales, lo cual convierte al estado en una pieza central en la estrategia de cualquier campaña presidencial. Ganar California proporciona una ventaja significativa, ya sea para Donald Trump o Kamala Harris, representando más del 20% de los 270 votos necesarios para triunfar.
El peso de California no solo proviene de la cantidad de votos que otorga, sino también de su historial electoral. Durante las últimas décadas, el estado ha sido un bastión demócrata, un factor que Kamala Harris espera aprovechar, mientras Donald Trump busca hacer incursiones en las demográficas cambiantes de la región. A medida que la composición demográfica evoluciona, los partidos han tenido que ajustar sus estrategias, considerando la creciente diversidad y la importancia de los votantes jóvenes.
¿Qué hace tan crucial a California para las elecciones en Estados Unidos?
El dominio de California en el Colegio Electoral no es casualidad. Como el estado más poblado del país, su asignación de 55 votos puede inclinar la balanza en una elección cerrada. Para los demócratas, retener California es esencial, y cualquier pérdida allí podría ser catastrófica para Kamala Harris. Por su parte, los republicanos y Donald Trump deben enfrentar una barrera aparentemente insuperable, aunque las tendencias políticas podrían ofrecerles nuevas oportunidades en el futuro.
Además, otros estados como Texas (40 votos), Florida (30) y Nueva York (28) son importantes, pero ninguno se compara con la influencia de California. Esta realidad obliga a las campañas a dedicar una cantidad sustancial de recursos y enfoque a este estado, tanto en publicidad como en eventos de campaña, con la esperanza de captar el apoyo de los diversos grupos demográficos que componen su electorado.
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La tendencia política de California ha favorecido históricamente a los demócratas, pero el cambio demográfico está alterando el panorama. La creciente población latina, la influencia de los votantes jóvenes y el auge de las áreas suburbanas han introducido nuevas dinámicas que los partidos no pueden ignorar. La campaña de Kamala Harris ha centrado sus esfuerzos en apelar a estos grupos, mientras que Donald Trump ha intentado abordar temas como el empleo y la economía, que podrían resonar en algunas comunidades.
Con información de La República
