La catedral de Notre Dame, que se destruyó tras el dantesco incendio el 15 de abril del 2019, renacerá el 8 de diciembre, sin la presencia del Papa Francisco. A él no le gusta que el gobierno francés llame monumento histórico a una catedral católica de mil años, testigo de la vida de Francia.
El 7 de diciembre tendrá lugar una inauguración, con un velatorio del órgano, una celebración litúrgica con bendición, un Magnificat o un Te Deum, y luego, oraciones de visperas», según el arzobispo de Paris, Monseñor Laurent Ulrich. La primera misa en años se celebrará el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, con la consagración del altar.
Monseñor Laurent Ulrich comunicó el inicio del programa de esta reapertura, incluida la devolución de la estatua de Notre Dame, a finales de noviembre, acompañada de una «gran procesión popular en las calles».
«Esta celebración de la reapertura de Notre-Dame merece destacar: del 8 al 15 de diciembre, todos los días, tendremos una celebración solemne con un tema particular», indica el arzobispo de la capital, que espera «que el pueblo de París sea presentes en estas celebraciones de reapertura».
Una Catedral mejorada por la alcaldía
Su apertura no afecta sólo al monumento en sí, sino también a su entorno. Para completar su reconstrucción, los espacios que lo rodean serán modificados y mejorados, gracias a trabajos que comenzarán en el otoño de 2025 y finalizarán en 2028.
Como resultado de una consulta de seis meses organizada en 2021 con residentes locales, partes interesadas del sitio, comerciantes, parisinos y visitantes, esta “reurbanización y mejora del entorno”del monumento – las 4,7 hectáreas incluida la plaza, pero también los espacios situados detrás de la catedral, incluidas las dos plazas – fue presentada este martes 15 de octubre durante una rueda de prensa por la ecologista alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Los primeros prohibidos serán los autos. Solo bicicletas y taxis podrán pasar.
El proyecto, que costó 50 millones de euros, se centra en «las cuestiones climáticas del siglo XXI», incluida una nueva plaza «diseñada como un claro».
Si su suelo quedará cubierto con losas de piedra caliza de dimensiones similares a las del interior de la catedral, se plantarán 150 árboles a cada lado, con el objetivo de poder organizar colas a la sombra durante el verano.
También se activará ocasionalmente una “fina lámina de agua” de cinco milímetros “para refrescar instantáneamente el aire por evaporación”, detalló el arquitecto paisajista belga Bas Smets, responsable de la remodelación de la plaza.
Los visitantes en París ya pueden admirar la emblemática aguja de Viollet-le-Duc, cuya reconstrucción finalizó en febrero. Los tejados de la nave y el coro también están siencdo completamente restaurados. En el interior continúa la limpieza de las paredes, vidrieras, bóvedas, sin olvidar el órgano de 8.000 tubos, así como la restauración de los suelos de damero blanco y negro.
Con información de El Clarín