Los países deberían aumentar «drásticamente» sus esfuerzos de adaptación al cambio climático para hacer frente a los crecientes impactos medioambientales, advirtió este jueves el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA).
La medida más urgente para hacerlo es que los países ricos se comprometan a aumentar la financiación para aquellos en vías de desarrollo en la Cumbre de la ONU para el Cambio Climático (COP29), el principal foro político sobre el clima, que se celebrará en la capital de Azerbaiyán, Bakú, entre los próximos 11 y 22 de noviembre.
Así lo pidió el PNUMA, con sede en Nairobi, en la novena edición de su Informe sobre la Brecha de Adaptación, publicado este jueves y titulado ‘Contra viento y marea’.
«El cambio climático ya está devastando comunidades en todo el mundo, especialmente a las más pobres y vulnerables. Las furiosas tormentas están arrasando hogares, los incendios forestales están acabando con los bosques y la degradación del suelo y la sequía está degradando los paisajes», afirmó la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
Andersen llamó a la «acción», pues «las personas, sus medios de vida y la naturaleza de la que dependen están en peligro real por las consecuencias del cambio climático».
La agencia de la ONU urgió a mejorar la adaptación al cambio climático a lo largo de esta década, tanto desde el sector público como desde el privado, debido a los crecientes impactos, que se «intensifican y golpean con mayor dureza a los más vulnerables del mundo».
Pero también alertó de la «enorme brecha» entre las necesidades financieras para llevar a cabo esta adaptación y la realidad de la financiación pública internacional.
Este déficit de financiación es tan grande que, incluso alcanzando el objetivo del Pacto Climático de Glasgow de 2021 de duplicarla hasta al menos 38.000 millones de dólares (unos 35.450 millones de euros) para 2025, solo se reduciría esta brecha en un 5 % de lo necesario, que se estima entre 187.000 y 359.000 millones de dólares anuales (entre 174.500 y 335.000 millones de euros).
Como dato positivo, el PNUMA subrayó un gran aumento interanual en la financiación pública internacional para la adaptación de los países en desarrollo: de los 22.000 millones de dólares (unos 20.530 millones de euros) de 2021 se pasó a 28.000 millones (unos 26.130 millones de euros) en 2022.
«Una adaptación adecuada, que incorpore la justicia y la equidad, es más urgente que nunca», incidió el PNUMA, pues los países en desarrollo «experimentan pérdidas y daños cada vez mayores» y «ya luchan con cargas de deuda» muy cuantiosas.
Mientras que el aumento de la temperatura media mundial se acerca a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, las últimas estimaciones del PNUMA apuntan a un aumento «catastrófico» de entre 2,6 y 3,1 °C este siglo «si no se reducen de inmediato y de forma importante las emisiones de gases de efecto invernadero».
En general, las medidas de adaptación «siguen una tendencia al alza, pero no son proporcionales al reto», según la agencia de la ONU.
Además de la financiación, añadió, se necesitan mayores esfuerzos en creación de capacidades y transferencia de tecnología.
Aproximadamente la mitad de los proyectos ejecutados con el apoyo de las entidades de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (NMNUCC) «no son satisfactorios o tienen pocas probabilidades de ser sostenibles sin los fondos del proyecto a largo plazo», subrayó el PNUMA.
Respecto a la adaptación por países, 171 Estados cuentan ya con al menos una estrategia, mientras que 26 carecen de él, de los cuales diez «no muestran ningún indicio de estar elaborando uno».
Con información de EFE