El Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay indicó que sigue haciendo esfuerzos para dar con el paradero de un ciudadano uruguayo-estadounidense, que fue presuntamente detenido a su ingreso al país desde Colombia el pasado 19 de octubre cuando pretendía visitar a su novia.
El uruguayo Fabián Buglione intentaba ingresar a Venezuela a través de la frontera con la ciudad colombiana de Cúcuta. Desde entonces nada se sabe sobre el paradero del ciudadano uruguayo. Desde el momento de su arresto, ni la familia ni las autoridades de ese país saben dónde está.
Así lo informó el diario El País, donde fuentes cercanas a la Cancillería uruguaya advirtieron que el teléfono móvil del detenido -del cual no indican la identidad- está apagado desde entonces.
El vicecanciller de esa nación, Nicolás Albertoni, señaló en una entrevista en radio Monte Carlo que su caso presenta varias dificultades. Una de ellas es que la administración de Nicolás Maduro «no está colaborando», aunque dijo que se mantiene en contacto con distintas ONG en Venezuela que tienen seguimiento a casos de presos políticos.
Albertoni teme que esta persona haya sido trasladada a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en El Helicoide. En ese sentido, opinó que ese sería el «peor escenario» porque es un «centro de detención y tortura» por parte de las autoridades venezolanas.
Recordó que Uruguay no tiene embajador en Venezuela «porque la ha retirado Maduro» -luego de romper relaciones por cuestionamientos a los resultados electorales del 28 de julio-, pero aclaró que «sí tenemos una encargada de archivo en el territorio, que es quien se ha contactado con el consulado de Estados Unidos en Colombia, y empezamos a seguir el trazo de este ciudadano, de quien todavía no tenemos información».
Según supo el rotativo, el uruguayo tiene dos hijos en Estados Unidos y también la madre de sus hijos lo está buscando.
La detención del ciudadano uruguayo estaría relacionada con un plan denunciado a mediados de octubre por el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, en el que vinculó a organismos de inteligencia como la CIA y el Centro Nacional de Información de España; donde el plan sería infiltrar personal militar de habla hispana en Venezuela a fin de que fueran indetectables y poder realizar presuntos actos desestabilizadores en la nación para propiciar el derrocamiento del mandatario Nicolás Maduro.
La tarde del 17 de octubre, Cabello señalaba que hasta esa fecha se habían capturado 19 extranjeros «mercenarios» y la incautación de 71 armas de fuego que iban a ser usados en supuestos «actos terroristas» contra objetivos civiles, militares y de servicios en el país.