Las condiciones estructurales de la economía venezolana hacia el cierre de 2024 invitan a pensar que en 2025 el país experimentará una mayor inflación que la vista este año, según proyectaron expertos durante el foro «Perspectivas Económicas: Retos y Oportunidades para la Economía Venezolana», realizado en el marco del XXVIII Congreso de Actualidad Económica de la Escuela de Economía de la UCAB.
En las últimas semanas, el bolívar ha venido sufriendo una caída importante de su valor frente al dólar, rompiendo con la relativa estabilidad monetaria que caracterizó la mayor parte del año. El tipo de cambio oficial, determinado por el Banco Central de Venezuela (BCV) se desplazó 15,86% en apenas un mes, al pasar de Bs 38,88 a Bs 45,05. A esto se suma la brecha que se mantiene con el tipo de cambio paralelo, que ronda los Bs 53,22 por dólar.
Esta situación, sumada a los problemas de fondo de la economía venezolana, ejerce presión sobre los precios, haciendo que la inflación progrese con más fuerza que en los primeros nueve meses del año.
Así lo sintetizó Jesús Palacios, economista senior de la consultora Ecoanalítica, quien participó como panelista junto con Giorgio Cunto, becario de Chevening; Óscar Doval, director de presidente de la consultora Moore GSF; y Rosamnis Marcano, economista senior de la asesora financiera EMFI Securities.
Aunque coincidió en que la inflación seguramente escale en 2025, Giorgio Cunto matizó que no se prevé un nuevo episodio de hiperinflación, al menos no por los momentos. «En el corto plazo, Venezuela no está en riesgo de regresar a la senda hiperinflacionaria,pero sigue teniendo los mismos problemas subyacentes: poca confianza en el ente emisor y una reputación baja del bolívar».
Cunto, quien se desempeñó hasta 2023 como profesor de Estadística III en la Escuela de Economía de la UCAB, agregó que la política aplicada por el Gobierno en los últimos dos años, que consiste en anclar el tipo de cambio oficial inyectando dólares al mercado cambiario, está «mostrando bastantes fisuras», razón por la cual cree que la evolución de la inflación dependerá de factores como el déficit fiscal.
Por su parte, Óscar Doval aseguró que esta política de anclaje del tipo de cambio continuará, pues el Gobierno parece estar comprometido con la idea de mantener estabilidad en función de ella, «razón por la cual han reducido su gasto fiscal y la emisión monetaria, a la par que inyectan dólares, en aras de contener el tipo de cambio y, por esa vía, también la inflació»».
Finalmente, Rosamnis Marcano trajo a colación un precedente preocupante: las economías no suelen estabilizarse en torno a tasas de inflación elevadas. Afirmó que la historia económica demuestra que éstas suelen reducirse a niveles normales y sostenibles o se disparan.
«Las inflaciones altas son volátiles. No son sostenibles en el tiempo. O se resuelven y derivan en inflación baja o derivan en hiperinflación. El nivel de inflación al que apunta Venezuela lo vemos todavía bastante alto», alertó Marcano.
Con información de Tal Cual