El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo argentino, Javier Milei, se estrecharon la mano, por primera vez en público, en la cumbre de líderes del G20, que empieza este lunes en Río de Janeiro.
El mandatario progresista brasileño, anfitrión de la cita, recibió con gesto serio a Milei, uno de los últimos invitados en llegar, en el Museo de Arte Moderno de Río, donde se reunirán hasta el martes los jefes de Estado y de Gobierno de las economías más potentes del planeta.
Es la primera vez que se registra un encuentro cara a cara de ambos jefes de Estado -estuvieron juntos en Italia, en el G7, pero no hay fotos de aquel cruce- y se espera que el relacionamiento entre ambos no avance mucho más allá durante las dos jornadas de deliberaciones.
Pese a que Brasil es el principal socio comercial de la Argentina, ninguna de las dos delegaciones trabajó por un encuentro bilateral. Tampoco se habló, hasta ahora, de fomentar un Pull Aside o algún otro tipo de encuentro informal. Desde el primer minuto fue evidente el sentimiento de antipatía mutuo entre ellos.
Milei tenía previsto hablar en la primera sesión de la Cumbre, dedicada a formalizar el lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, la gran apuesta de Lula como presidente pro tempoUno de los grandes ausentes en la cita será el presidente ruso Vladímir Putin, quien decidió no asistir a la invitación extendida por Lula “para no perjudicar el trabajo” del foro, debido a la orden de captura que pesa sobre él por la guerra en Ucrania.
La cumbre se centrará en tres ejes principales: disminuir el hambre y la pobreza, la reforma de la gobernanza global y la transición energética, todos temas que muy probablemente generen tensiones con las posturas de Javier Milei, que viene impulsando el voto en contra de la Argentina en contra de la mayor parte de estas iniciativas en los foros globales.re del foro internacional. Tal como publicó O Globo, la Argentina fue el único país del G20 en no adherir a la iniciativa.