El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha extendido la orden ejecutiva decretada en 2018 contra Nicaragua, por la cual declara al país centroamericano una «inusual amenaza para la seguridad nacional».
Biden se ha referido en particular a la «violenta respuesta» del Gobierno de Daniel Ortega a las protestas que comenzaron en abril de 2018 por una polémica reforma de la seguridad social y que se extendieron rápidamente hasta exigir la democratización de Nicaragua. Los enfrentamientos entre policías y manifestantes dejaron más de 300 muertos.
Este anuncio refuerza la postura de Washingtoncontra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, acusados de violaciones a los derechos humanos y el desmantelamiento del Estado de derecho en la nación centroamericana. La medida declarada el 27 de noviembre de 2018se adoptó en respuesta a las protestas en Nicaragua.
Estas manifestaciones, que se prolongaron durante tres meses, fueron reprimidas violentamente, dejando más de 300 muertos, según reportaron organizaciones no gubernamentales y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Además, miles de personas fueron detenidas o perseguidas por su participación en los bloqueos y movilizaciones.
Biden justificó la prórroga afirmando que las acciones de la dictadura de Ortega y Murillo, incluyendo el “uso de la violencia indiscriminada y tácticas represivas contra los civiles”, continúan representando una amenaza para la estabilidad en la región.
«También el continuo desmantelamiento y debilitamiento sistemático por parte del régimen de Ortega y su esposa, Rosario Murillo de las instituciones democráticas y el Estado de derecho, su uso de la violencia indiscriminada y las tácticas represivas contra los civiles, así como su corrupción que conduce a la desestabilización de la economía de Nicaragua, sigue planteando una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de EEUU», aseveró el mandatario.
“La emergencia nacional, declarada el 27 de noviembre de 2018, debe, por tanto, continuar vigente más allá del 27 de noviembre de 2024″, indicó el mandatario estadounidense.
Desde el inicio de la crisis, tanto Estados Unidoscomo la Unión Europea (UE) implementaron una serie de sanciones económicas y diplomáticas dirigidas a altos funcionarios del gobierno nicaragüense.
Así pues, Biden ha anunciado que la orden continuará en vigor «más allá de la fecha de aniversario». «He determinado que es necesario continuar la emergencia nacional declarada en la Orden Ejecutiva con respecto a la situación en Nicaragua», ha concluido.
Nicaragua está llamada de nuevo a las urnas en noviembre de 2026. El Gobierno de Ortega ha impulsado una violenta campaña de persecución de la oposición, privando de nacionalidad a los disidentes. Además, ha expulsado del país a embajadores y ha clausurado miles de ONG nacionales e internacionales, así como medios de comunicación y organizaciones religiosas.
Estas medidas buscan presionar a Ortega y Murillo para que detengan la represión y restauren las instituciones democráticas en el país.
En este sentido, la orden ejecutiva renovadaseñala que la corrupción en Nicaragua contribuye a “la desestabilización de la economía”, agravando las condiciones de vida de la población. Esta situación generó un éxodo masivo de nicaragüenses hacia otros países de la región, especialmente Costa Rica y Estados Unidos.