El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, instó al próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a mantener la ayuda que entrega Washington para deportar a migrantes que cruzan la selva del Darién en su ruta hacia el país norteamericano.
«Estamos implementando todavía el programa de las repatriaciones en función del memorándum de entendimiento que suscribimos el 1 de julio con el gobierno del presidente (Joe) Biden y que, salvo mejor detalle, yo creo que se debe mantener con la administración Trump», dijo Mulino en rueda de prensa.
Bajo este programa, que contempla un aporte estadounidense de seis millones de dólares, Panamá ha deportado a más de 1.000 migrantes en una treintena de vuelos hacia Colombia, Ecuador e India.
Mulino no ha repatriado a venezolanos, que son la mayoría de los migrantes en el Darién, pues los aviones panameños no pueden ingresar al espacio aéreo de Venezuela como represalia a las críticas de Panamá a la cuestionada reelección del presidente Nicolás Maduro, en julio.
Mulino afirmó que la nueva administración estadounidense, que asumirá el mando el 20 de enero, «no puede soslayar, como no lo soslayó el gobierno del presidente Biden», el problema migratorio en la selva del Darién, en la frontera de Panamá con Colombia.
El mandatario panameño aseguró que hasta ahora no ha tenido «conversaciones formales» sobre este tema con el equipo de Trump, quien ha amenazado con realizar la mayor deportación de migrantes cuando asuma la presidencia.
Panamá y Estados Unidos firmaron el 1 de julio, el día que Mulino asumió el poder, este acuerdo mediante el cual Washington se comprometió a pagar los vuelos.
La selva del Darién se ha convertido en un corredor para los migrantes que, desde Suramérica, tratan de llegar a Estados Unidos.
En 2023, más de medio millón de migrantes pasaron por esta inhóspita jungla, donde enfrentan riesgos, como ríos caudalosos, animales salvajes y bandas criminales.