Los líderes opositores venezolanos Edmundo González y María Corina Machado reciben este martes en Estrasburgo el premio Sájarov por la libertad de conciencia del Parlamento Europeo. González, que según evidencian las más del 80% de las actas recuperadas por la oposición ganó holgadamente las elecciones presidenciales del 28 de julio como candidato de la oposición venezolana, ha viajado a la ciudad francesa desde Madrid, adonde llegó exiliado en septiembre. Machado, amenazada por el régimen de Nicolás Maduro sigue oculta en algún lugar de Venezuela. Su hija, Ana Corina Sosa, recogerá el galardón en su nombre, como ya ha hecho con otros premios recibidos por su madre los últimos meses.
El reconocimiento, el más importante de la Eurocámara, ensalza “su valiente lucha para restaurar la libertad y la democracia en Venezuela”. Con todo, a menos de un mes de la fecha para la posesión del nuevo presidente del país sudamericano, las palabras empiezan a saber a poco. En sendas entrevistas con EL PAÍS horas antes de recoger el galardón europeo, tanto González como la hija de Machado son firmes: Europa debe hacer más por Venezuela.
“El esfuerzo está ahí, ya se ha dado un paso. Este premio lo interpretamos como un respaldo a la causa democrática de Venezuela. Obviamente, nuestra intención y nuestro deseo es que sea un reconocimiento pleno como presidente electo de todos los venezolanos”, señala González (La Victoria, Venezuela, 75 años). “Por supuesto que deben hacer más”, acota, más directa que el veterano diplomático, Ana Corina Sosa (Caracas, 33 años). “Que reconozcan y llamen a Edmundo González como lo que es y lo que votaron los millones de venezolanos (…) que es nuestro presidente electo”, reclama. “Y el 10 de enero deben apoyarnos en esa toma de transición de poder y en la toma de posesión. Eso es lo que esperamos de los gobiernos soberanos, porque la causa de Venezuela tiene repercusiones globales”, advierte la joven.
Pero por ahora, Europa sigue a a espera. Muy pocos países, como Italia después de que lo hiciera Estados Unidos, han reconocido a González como presidente electo. La posición oficial de los Veintisiete se ha quedado en no reconocer a legitimidad democrática de Maduro tras las elecciones de julio. Además, la UE anda preocupada y ocupada con otros fuegos: a la guerra de Ucrania y el conflicto en Gaza y Líbano, se une ahora la incógnita siria tras la caída del régimen de El Asad. Venezuela, en este contexto, parece haber caído varios puestos en la escala de preocupación europea, reconocen ambos con gesto grave.
Fuera del radar de la UE
Pese a que el tiempo se agota, la situación en el país sudamericano no está en el radar de la última cumbre del año de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, este jueves en Bruselas. Tampoco lo ha estado en la reunión de ministros de Exteriores de este lunes con la nueva alta representante para Política Exterior de la UE, la estonia Kaja Kallas. González espera, no obstante, entrevistarse estos días en Estrasburgo con la nueva jefa de la diplomacia europea. Y hace gala de su veteranía como diplomático: “Los conflictos internacionales surgen, se acentúan, luego se van diluyendo, las relaciones internacionales pasan por estas situaciones. Así que confiamos en que ella [Kallas] retome luego el interés que tenemos por la causa de Venezuela”, explica.
En cualquier caso, González mantiene sus planes de regresar a Venezuela para asumir como presidente del país el 10 enero, como adelantó a este diario. Aunque introduce ahora un pequeño matiz: dice que estará de vuelta en su país “a partir del 10 de enero”. Sigue sin revelar más detalles ni planes, aunque entre estos, en estas últimas semanas que quedan ante la gran cita en Caracas, figura la posibilidad de hacer una gira por América Latina para recabar más apoyos.
“Todavía no tenemos una definición exacta, pero sí tenemos la intención de ir a algunos países de la región, a llevar este mismo mensaje que estamos llevando a todos los países. Más de siete millones de venezolanos votaron por mi candidatura. Y eso es algo que nosotros aspiramos a hacer cumplir, el respeto a la soberanía popular”, señala. Para ello, quiere visitar “los países de América Latina que están comprometidos con la causa venezolana”, que es el caso, señala, “del presidente [Gabriel] Boric de Chile y [Javier] Milei de Argentina. ¿Y qué es de países que han intentado mediar, como Brasil o Colombia? “Por supuesto que sí”, agrega, aunque evita de nuevo entrar en detalles. El riesgo de que algo salga mal, de que el Gobierno de Maduro haga lo posible y lo imposible por evitar su aparición ese día clave, es demasiado alto. Aunque todos lo asumen.
“Nosotros estamos conscientes del desafío que enfrentamos y lo estamos asumiendo con una gran responsabilidad. Y aspiramos a llevarlo adelante y aspiramos a tener en eso el respaldo de la gran mayoría de los venezolanos”, asegura González. Al fin y al cabo, recuerda Ana Corina, que también tuvo que marcharse de su país por las presiones del régimen, lo que está en juego es el futuro del país. “Nos jugamos nuestro futuro el 10 de enero”, afirma. “Entonces, sí hay miedo, pero tenemos también mucha esperanza porque se avecina ese futuro que tantos anhelamos de reunir las familias en un futuro de dignidad y de empezar a reconstruir, porque nos queda mucho camino, mucho trabajo por delante”.