El nuevo dirigente de Siria, Ahmed al Sharaa, recibió este domingo 22 de diciembre al jefe de la diplomacia turca y prometió que Siria ya no interferirá de manera «negativa» en Líbano, que envió su primera delegación a Damasco tras la caída de Bashar al Asad.
El ministro turco de Relaciones Exteriores, Hakan Fidan, se reunió con Al Sharaa y un video de la agencia estatal Anadolu muestra a ambos saludándose. Turquía respaldó a una parte de los rebeldes que derrocaron al presidente Al Asad tras una fulgurante ofensiva de apenas 11 días.
La alianza rebelde, liderada por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), tomó Damasco el 8 de diciembre y puso fin a más de medio siglo de poder del clan Asad.
Desde entonces, Ankara ha mantenido fuertes relaciones con los nuevos líderes sirios. El jefe de la inteligencia turca, Ibrahim Kalin, viajó a Damasco apenas cuatro días después de la caída de Al Asad.
Arabia Saudita, potencia regional, también está en contacto directo con las nuevas autoridades, tras haber apoyado durante años a la oposición durante la guerra civil siria. El reino saudita enviará próximamente una delegación al país, declaró el embajador de Siria en Riad, difundió AFP.
Al Sharaa recibió también el domingo a los líderes de la comunidad drusa libanesa Walid y Taymur Jumblatt. Los drusos son una minoría religiosa repartida entre Líbano, Siria e Israel.
Fue la primera reunión con un dirigente del país vecino, que durante décadas sufrió la injerencia del poder sirio .
Siria no ejercerá «injerencia negativa alguna en Líbano: respeta la soberanía libanesa, la unidad de sus territorios, la independencia de sus decisiones y su estabilidad en materia de seguridad», declaró Al Sharaa.
«Mantendrá la misma distancia con todo el mundo» en Líbano, añadió, al reconocer que Siria fue «una fuente de miedo y ansiedad» en el país vecino.
Recibimiento en Siria
Al Sharaa, conocido hasta ahora bajo su nombre de guerra, Abu Mohamad al Jolani, recibió a la delegación libanesa en el palacio presidencial vestido con traje y corbata.
Walid Jumblatt acusa al poder sirio de haber asesinado a su padre, Kamal Jumblatt, en 1977, durante la guerra civil libanesa.
El ejército sirio invadió Líbano en 1976, y sólo se retiró en 2005 tras la enorme presión posterior al asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri.
La muerte del político fue atribuido a Damasco y a su aliado, el grupo islamista libanés Hezbolá, respaldado por Irán.
Al Asad pertenece a la rama alauita del islam chiita y se presentó como protector de las minorías religiosas y étnicas del país.