Con el aumento de personas que salen de sus países en Latinoamérica y el Caribe en 2024 por una mejor vida, el tráfico de migrantes pasó de ser una economía criminal secundaria a convertirse en una actividad central para algunos de los grupos criminales más poderosos de la región.
Este cambio ocurrió en un contexto donde estos mismos grupos son una de las principales causas de la migración irregular, ya que provocan desplazamientos forzados mediante conflictos por el control de economías ilícitas, como el narcotráfico y la extorsión, según refleja la última investigación de InsigthCrime. Y en esta operación figura el Tren de Aragua.
Y es que la banda nacida en Venezuela, pero ya con operaciones en Estados Unidos y América Latina,
capitalizó el hecho de que muchos venezolanos han buscado estabilidad en países vecinos, lo que le permitió consolidarse como un actor principal en las operaciones de tráfico de migrantes en la región. Inicialmente, el grupo controló los cruces en la frontera entre Colombia y Venezuela, pero luego comenzó a ofrecer sus propios servicios de traslado de migrantes, los cuales incluyen paquetes con transporte, alojamiento y alimentación para todo el viaje.
«El Tren de Aragua no es como con las pandillas centroamericanas”, comentó Yael Schacher, directora para América y Europa en la organización Refugees International. “No hay una diáspora venezolana establecida en Estados Unidos. El Tren de Aragua es una banda nueva en ese país y no hay un ciclo en el que las personas lleguen, formen una pandilla, luego sean deportadas y regresen. No es nada parecido.”
Con información de Al Navío