Comenzó el cerco a Caracas. Fuerzas especiales del chavismo se han desplegado en puntos clave de la capital venezolana, con el objetivo de amedrentar a la población de cara al juramento presidencial del 10 de enero. La zona más protegida es el Palacio presidencial de Miraflores, sede del poder ejecutivo. No se trata de la residencia de Nicolás Maduro, que prefiere descansar dentro del cuartel militar de Fuerte Tiuna, una de las mayores instalaciones del país.
Otros lugares donde hicieron presencia las fuerzas revolucionarias son los mismos donde se multiplicaron las protestas el lunes 29 de julio, horas después del megafraude electoral del chavismo. Maduro había prometido días antes un «baño de sangre» y lo cumplió: al menos 25 personas murieron al desencadenarse la mayor represión en la historia del país petrolero.
En sus primeros mensajes del año, tanto la líder opositora María Corina Machado como el ganador de las elecciones por goleada, Edmundo González Urrutia, llamaron a las calles para que se cumpla el mandato de la soberanía popular, tal y como establece la Constitución.
En el operativo participan parte de las fuerzas especiales que el sábado asistieron a la arenga de Diosdado Cabello, ministro de Interior, en las nuevas instalaciones en La Guaira, zona costeña cercana a Caracas, incluidos agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM). Lo habitual es que estos despliegues estén conformados por policías o guardias nacionales, lo que evidencia la situación de alta tensión que vive hoy Venezuela.
«Iniciamos un despliegue por la seguridad y la paz de nuestro pueblo. Somos 1.200 uniformados de la gloriosa Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Cuento con ustedes para la defensa de nuestro país. El 10 nosotros nos juramentamos con el presidente, vamos juntos por la victoria», disparó a sus tropas el coronel Granko Arteaga, uno de los oficiales más temidos de la dictadura bolivariana. Este guardia nacional ha hecho carrera en la DGCIM tras participar en los capítulos más oscuros de su Historia reciente, como la ejecución del policía rebelde Óscar Pérez y de su grupo, compuesto por cuatro policías y militares, un periodista y una enfermera.
El blindaje de Caracas con miles de uniformados también incluye la participación de milicianos, civiles fundamentalistas sin preparación, en los distintos anillos de seguridad que protegen a Maduro, donde también están presentes agentes cubanos. El comandante que dirige la DGCIM, Javier Marcano Tábata, es el mismo que encabeza la Guardia de Honor Presidencial, primer anillo de seguridad del presidente.
«Hacemos un fuerte llamamiento a las autoridades para que los derechos a manifestarse y a expresarse libremente puedan ser ejercidos sin miedo a posibles represalias», advirtió Marta Valiñas, jefa de la Misión de Determinación de Hechos de la ONU, cuyas investigaciones han consolidado las denuncias de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el chavismo.
100.000 dólares por Edmundo González
En paralelo al nuevo capítulo del plan de terror revolucionario, agentes bolivarianos distribuyeron por todo el país el cartel confeccionado con la recompensa de 100.000 dólares que el chavismo ofrece por la ‘cabeza’ de González Urrutia. El rostro del opositor, reconocido como presidente electo por Estados Unidos, Italia, Ecuador, Panamá y Costa Rica, ya figura en aeropuertos, terminales terrestres y puestos fronterizos, como si se tratara de un desconocido. El antiguo embajador de Argentina recibió el voto de más de siete millones de venezolanos y cuenta con el apoyo de varios millones más en el exterior.
Miembros del SEBIN intensifican la vigilancia en las calles de Caracas y colocan carteles de se busca Edmundo González.
El ganador de las elecciones presidenciales ha reiterado en diversas ocasiones que está dispuesto a regresar a Caracas para la toma presidencial del 10-E, que constitucional y legalmente le correspondería a él. Hasta en los paneles electrónicos del aeropuerto internacional de Maiquetía apareció el Se busca de Edmundo, además de en puestos fronterizos, terminales y organismos públicos.
La revolución acusa a Edmundo González de conspiración, usurpación de funciones y legitimación de capitales, entre otros falsos delitos, que supuestamente fueron archivados tras la negociación del propio González Urrutia con la vicepresidenta Delcy Rodríguez y su hermano Jorge, jefe del órgano parlamentario chavista. El polémico acuerdo para el exilio del ganador electoral tuvo lugar en la residencia del embajador español en Caracas.
«Maduro ha militarizado Caracas y las principales ciudades de Venezuela ante el temor de un alzamiento militar dada la cercanía del 10 de enero. Las FANB han respaldado el fraude de Maduro, pero en los últimos días éste ha aumentado su paranoia y desconfía incluso de los militares. Su paranoia ha llegado hasta el punto de ofrecer una irrisoria recompensa de 100.000 dólares por la captura de Edmundo González. Sin proponérselo, Maduro se erige como el principal jefe de campaña de Edmundo: ahora la cara de González está en afiches en los principales aeropuertos, alcabalas (control de impuestos) y puestos de control fronterizos en Venezuela», subrayó para EL MUNDO el analista político Enderson Sequera.
González Urrutia ha iniciado su gira internacional por las Américas, que le llevará en las próximas horas a encontrarse con el presidente argentino, Javier Milei, y con el uruguayo, Luis Lacalle. En la agenda opositora, que todavía no está cerrada, también figuran República Dominicana, Panamá y otros países del Cono Sur y de Centroamérica. Y sobre todo EEUU, donde Edmundo González tiene previsto verse en primera instancia con el actual secretario de Estado, Antony Blinken, aunque no se descarta una visita a la Casa Blanca.