Dos hombres estadounidenses que fueron encarcelados en Venezuela y luego intercambiados por los sobrinos de Cilia Flores, denunciaron al dictador Nicolás Maduro en una corte federal de Miami, Florida, reseñó The Associated Press (AP).
Se trata del exinfante de marina, Matthew Heath y un hombre de Florida, identificado como Osman Khany, quienes alegan que funcionarios de seguridad del régimen, bajo el mando de Maduro, practicaron un patrón de tortura que incluyó ahogamiento simulado, electrocución, amenazas de violación con una porra, medicamentos que alteran la mente y el uso repetido de una celda estrecha apodada «El Tigrito».
«El secuestro, la tortura y el rescate de ciudadanos estadounidenses fueron parte de un plan continuo y sistemático para obligar al gobierno de Estados Unidos a hacer concesiones políticas, el fin de un embargo petrolero y el intercambio de prisioneros», indicaron los abogados de Heath y Khan en la demanda.
El ministro de Defensa del régimen, Vladimir Padrino López; el fiscal general Tarek William Saab y el ministro del Interior de Maduro, Diosdado Cabello, así como empresas estatales de petróleo y minería de oro, figuran entre los otros 17 acusados, añadió AP.
Entre los otros 17 acusados nombrados se encuentran el ministro de Defensa, el fiscal general y el ministro del Interior de Maduro, así como empresas estatales de petróleo y minería de oro.
Heath, un ex cabo de la Marina de Estados Unidos de Tennessee y ex consultor de seguridad de Estados Unidos en Afganistán, fue arrestado en 2020 en un retén en Venezuela. Las autoridades lo acusaron de terrorismo después de que supuestamente encontraron armas y un teléfono satelital en su poder. Maduro dijo que estaba en el país vigilando refinerías de petróleo como espía del entonces presidente Donald Trump.
La familia de Heath dijo que el hombre se quedó atrapado en Colombia cuando la pandemia de COVID-19 obligó a suspender los viajes aéreos, dejándolo varado. Cruzó la frontera hacia Venezuela con la esperanza de hacer un breve viaje en barco hasta Aruba, donde estaba atracado un barco pesquero que había arreglado para iniciar un negocio de alquiler de barcos, según la denuncia.
Khan estaba trabajando en Colombia después de graduarse de la universidad en Florida cuando se enamoró de una mujer venezolana que lo invitó a conocer a su familia. Fue detenido en enero de 2022 mientras cruzaba la frontera con su novia y el padre de esta en una canoa motorizada siguiendo las instrucciones del hermano de la mujer, un guardia nacional venezolano. Posteriormente fue acusado de delitos que incluyen terrorismo y trata de personas.
El gobierno estadounidense determinó que ambos hombres fueron detenidos injustamente por cargos falsos. Heath y Khan fueron liberados, después de haber estado detenidos 752 y 259 días respectivamente, en octubre de 2022 junto con cinco ejecutivos petroleros estadounidenses a cambio de dos sobrinos de la primera dama Cilia Flores, encarcelados en Estados Unidos por condenas por narcóticos.
El gobierno de Venezuela no hizo comentarios inmediatos sobre la demanda cuando fue contactado por The Associated Press, pero ha negado durante mucho tiempo que tenga como objetivo encarcelar a estadounidenses.
Otros estadounidenses que han estado encarcelados en Venezuela han ganado juicios importantes contra Maduro y su círculo íntimo basándose en argumentos legales similares.
En 2022, un juez federal de Miami otorgó 73 millones de dólares en daños y perjuicios a la familia de un destacado opositor de Maduro que murió mientras estaba detenido tras caer inexplicablemente del décimo piso de un edificio perteneciente a la policía política SEBIN. Y el año pasado, un abogado venezolano exiliado ganó 153 millones de dólares después de que lo engañaran para que regresara a su país porque su padre había sido secuestrado, solo para terminar encarcelado por cargos falsos de trabajar como «terrorista financiero».
Al igual que en los casos anteriores, Heath y Khan en su demanda acusaron a Maduro de controlar el “Cartel de los Soles”, una supuesta red de tráfico de drogas que involucra a altos funcionarios venezolanos y guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que supuestamente inundan Estados Unidos con cocaína.
Pero cobrar esas grandes recompensas ha resultado una tarea ardua. No se sabe que Maduro ni ninguno de sus colaboradores cercanos tengan propiedades o cuentas bancarias en Estados Unidos a su nombre. Es más probable que cualquier riqueza que los funcionarios hayan robado esté en manos de una miríada de testaferros cuyos activos son difíciles de rastrear y confiscar.