Venezuela denunció este lunes ataques contra las sedes de los consulados generales en Lisboa (Portugal), Frankfurt (Alemania), Medellín (Colombia), Vigo (España) y San José (Costa Rica), coordinados -dijo- por los «comanditos del fascismo», en alusión a los grupos de organización política de la campaña del candidato opositor Edmundo González Urrutia, sin mostrar pruebas.
«En una acción coordinada por los comanditos del fascismo desquiciado, varias sedes de nuestros consulados han sido atacadas por extremistas que hacen el mismo daño a nuestras sedes diplomáticas que quieren hacerle a nuestra amada patria bolivariana», dijo el titular de Exteriores, Yván Gil, en Telegram.
Asimismo, exigió a las autoridades de Portugal, Alemania, Colombia, España y Costa Rica celeridad en las investigaciones para dar con los responsables y que se garantice la integridad de estas instalaciones, «como lo establece la Convención de Viena».
«El odio fascista inoculado, estimulado y protegido por años en el exterior, es la principal causa de estas agresiones», señaló Gil, quien compartió imágenes donde se ven pintadas en una bandera, en diversas fachadas de las sedes consulares, así como una imagen de González Urrutia con una banda presidencial.
El sábado, el funcionario denunció un ataque con «bombas incendiarias» contra la sede del consulado general en Lisboa, al tiempo que agradeció a las autoridades portuguesas por su «rápida intervención».
Estos ataques se han dado luego de que el líder chavista, Nicolás Maduro, jurara el viernes como mandatario para un tercer sexenio, tras su controvertida reelección el 28 de julio proclamada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) -controlado por el chavismo- que todavía no publica los resultados desglosados de las votaciones, contrario a lo establecido en su cronograma oficial.
Entretanto, la mayor coalición opositora -la Plataforma Unitaria Democrática (PUD)- acusó a Maduro de consumar un «golpe de Estado», al asegurar que González Urrutia fue el vencedor de las elecciones, un reclamo que basa en el «85 % de las actas electorales» que asegura haber reunido gracias a testigos y miembros de mesa, y que publicó en una página web.
La toma de posesión de Maduro también ha sido rechazada por buena parte de la comunidad internacional, incluyendo a la Unión Europea (UE), que afirmó el viernes que carece de «legitimidad» de un mandatario «democráticamente elegido».