El equipo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está dando forma a un plan para forzar el fin a más de dos décadas de chavismo en Venezuela, comenzando con el posible término de la licencia a la petrolera estadounidense Chevron, que afectaría la delicada cohesión del régimen, y una salida negociada de Nicolás Maduro al exilio «en menos tiempo del que creemos», según fuentes del mandatario entrante.
«No nos importaría lo más mínimo ver que Maduro comparte vecindario con (Bachar al) Asad en Moscú», indicó una fuente del equipo de política exterior de Trump a Axios este fin de semana, en referencia a la salida al exilio del líder sirio tras el desmoronamiento del Ejército leal al régimen tras más de 13 años de guerra civil.
Según fuentes del equipo de Trump consultadas por EFE, «Venezuela es un problema porque está mandando a sus criminales a Estados Unidos y genera preocupación de seguridad nacional. Maduro acabará yéndose en menos tiempo del que creemos», algo que se conseguiría sin intervención militar estadounidense.
Otras fuentes familiarizadas con los debates internos en el nuevo equipo de Trump para Latinoamérica, liderado por el nominado a secretario de Estado, Marco Rubio, creen que «Estados Unidos tiene canales de comunicación abiertos» con el chavismo y varias palancas para forzar la salida de Maduro. «Si en unas semanas comienza a ver señales de un mayor aislamiento del régimen, prepárense», advierten.
En su audiencia de confirmación en el Capitolio, Rubio abrió la posibilidad de poner fin a la exención que permite que Chevron opere en Venezuela, un paso que para la oposición venezolana sería un golpe «que rompería las costuras del chavismo, dejando claro que no hay futuro posible».
«Tenemos estas licencias por las que compañías como Chevron están proveyendo miles de millones de dólares al régimen, mientras que el régimen no ha mantenido ninguna de las promesas que hizo. Todo eso se debe reexaminar», explicó Rubio, que posiblemente este mismo lunes pueda asumir funciones en el Departamento de Estado.
Otro de los mediadores clave en la estrategia de Trump sobre Venezuela serán Christopher Landau, número dos de Rubio; Michael Waltz, asesor de Seguridad Nacional, y Mauricio Claver-Carone, nombrado por Trump como enviado para asuntos de Latinoamérica.
Todos ellos han mantenido conversaciones fluidas con el considerado por Washington ganador de las elecciones del pasado julio, Edmundo González Urrutia, y con su equipo, así como con la líder opositora dentro de Venezuela María Corina Machado.
Según fuentes cercanas a González Urrutia, que está en Washington para asistir a la investidura de Trump este lunes, la clave es que quede claro que el Gobierno de Maduro es en la práctica «una organización narcotraficante» y un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos por sus vínculos con Irán o Rusia.
Entre bambalinas se trabaja en un gran plan de reconstrucción de Venezuela que podría atraer inversiones al país caribeño para reactivar su economía tras décadas de estancamiento. EFE