Hamás liberó este jueves a siete rehenes, incluyendo a dos israelíes, en el marco de la tregua en la Franja de Gaza con Israel, que a cambio excarcelará a más de cientos de presos palestinos.
Los rehenes fueron transferidos y están de camino hacia fuerzas de las FDI y del Shabak en Gaza.
Es el tercer canje desde la entrada en vigor de un frágil alto el fuego, que debe zanjar más de 15 meses de devastadora guerra en la Franja de Gaza, desencadenada por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra Israel.
La primera en ser liberada fue Agam Berger, una joven militar israelí de 20 años, que fue entregada a la Cruz Roja en Jabaliya, en el norte de Gaza.
Antes de ser liberada, se la mostró en un escenario junto a miembros de Hamás armados y enmascarados, mientras portaba en las manos un diploma y se le pedía que saludara a los espectadores. El ejército israelí señaló que Berger fue llevada al hospital para ser examinada.
Poco después, Israel confirmó la liberación de otros dos rehenes israelíes y cuatro tailandeses, que se encuentran todos ya bajo su custodia.
Según la lista recibida por la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu, los dos otros israelíes son Arbel Yehud, una civil de 29 años secuestrada con la familia de su novio, y el germano-israelí Gadi Moses, de 80 años.
En contrapartida, Israel excarcelará a 110 palestinos cautivos en sus cárceles, 32 de ellos condenados a perpetuidad, según una oenegé palestina.
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El sábado, según el calendario anunciado por Israel, está prevista la liberación de otros tres rehenes, todos hombres y todavía con vida.
La primera fase del pacto, con una duración de seis semanas, debe conducir al regreso de 33 rehenes, ocho de ellos fallecidos, y a la excarcelación de unos 1.900 palestinos.
El cese de hostilidades también permitió un flujo de ayuda internacional al territorio asediado por Israel, sumido en una grave crisis humanitaria.
Sin embargo, dirigentes de Hamás acusaron el miércoles a Israel de retrasar la entrada de ayuda, especialmente de «carburante, tiendas, caravanas y maquinaria pesada», y advirtieron que esto podía «afectar el desarrollo normal de la aplicación del acuerdo, también el intercambio de prisioneros».