Es para algunos una mujer increíble, una especie Juana de Arco; para otros, el vendaval que, por primera vez, tambalea al tirano imperante en Venezuela. Millones de seguidores la veneran; miles de detractores la descalifican por no ser la guerrerista que usa la fuerza de las armas, cometiendo la osadía de invadirle el espacio al patriarcado de la política en Venezuela. No lo dice, pero ese es su mayor adversario desde el día que le dijo, a un asombrado y poderoso Hugo Chávez, que su política de expropiar era robar. Ella es María Corina Machado Prisca, una mujer nada corriente, la que nace en cuna de oro y se propuso conquistar el poder contra un violento régimen criminal.
Por Sebastiana Barráez | Infobae
Esta entrevista, exclusiva para Infobae, tuvo algunos silencios cortos, el énfasis para contener una lágrima, la sinceridad para reflejar que ni la traición le impide avanzar. “Es absolutamente legítimo, como lo dice además la Constitución, apelar al derecho que tenemos de sacarlos del poder articulando fuerzas de adentro y de afuera”.
Destacó el alto concepto que tiene sobre Edmundo González Urrutia y su compromiso con Venezuela. Le da impulso a “reconocer lo que significó esa orden ejecutiva del presidente Trump, el mismo 20 de enero, designando a los carteles de la droga y otros como organizaciones terroristas extranjeras y todo lo que ello implica como nueva aproximación a la seguridad del hemisferio, estando Venezuela en el medio, geográficamente hablando, además por la convergencia de todos estos puntos”.
Para Machado, Venezuela se ha convertido “en un santuario para la operación de estas dinámicas, en la cual, el régimen está intrínsecamenteinvolucrado; lo está en El Catatumbo, en las redes del Tren de Aragua y veamos la investigación que se lleva adelante por parte del gobierno de Chile y la relación directa de este régimen en el asesinato del Teniente Ojeda, algo que se ha querido esconder y minimizar, pero ha tenido un impacto brutal; esto es otro nivel, porque ya es el estado y sus agentes involucrados en asesinatos en otro país”.
No duda en afirmar que muchas cosas intentadas en el pasado “no hemos logrado articular de manera suficientemente firme como para que quienes están, hoy en día, al frente de o soportando la estructura de Maduro, entiendan la amenaza real y el riesgo real que enfrentan de mantenerse dentro de esa estructura”.
Afirma, en cuanto al llamado a elecciones regionales, que “esa maniobra burda, de cara al 27 de abril va a terminar siendo otro golpe como el fulano referéndum del Esequibo, peor que eso, donde van a quedar nuevamente retratados en su absoluta derrota frente al alma del venezolano y finalmente en términos de sus posibles aliados o vínculos internacionales”.
En cuanto a las diferentes opiniones de sectores de oposición ante el régimen dice que “la unión y la unidad real es alrededor de valores y de una visión que implica el desalojo del régimen y la transición. El que salga de eso no pueden hablar que la oposición se dividió, porque no son oposición, son parte del sistema; es el momento de mantenernos firmes en nuestras convicciones y confiar unos en otros y yo confió en el pueblo de Venezuela. Confió en que haremos nuestra tarea y el destino de Venezuela es la libertad, que nadie lo dude”.
– María Corina, han pasado más de 200 días desde que Edmundo González Urrutia ganó las elecciones. ¿Cuál es el plan concreto para hacer realidad la transición a la democracia en Venezuela?
– Aquí hay un solo propósito y es hacer valer el mandato del 28 de Julio y desalojar al régimen del poder, ese es el único propósito. Al día de hoy está clarísima la naturaleza del régimen que enfrentamos, se le ha quitado toda legitimidad y apoyo popular, aislado internacionalmente, pero sigue aferrado con las armas y el flujo de dinero criminal para imponer terror a toda la población, quedarse y pretender hacerle creer al mundo que hay estabilidad económica, política, institucional, social. Eso es absolutamente imposible, porque la realidad es terca pero además porque no lo vamos a permitir.
– Está claro, el objetivo es sacarlo del poder. ¿Y la estrategia?
– Construir más fuerza y quebrarle lo único que le queda: la capacidad de su estructura represiva y el dinero sangriento de sus redes criminales. Relanzar a la ofensiva toda la enorme organización ciudadana que se diseñó en el contexto de un proceso electoral, sin ingenuidad. Si hubiéramos creído que eran unas elecciones y una feria electoral en democracia, con 30 mil o 50 mil personas hubiese sido suficiente. Por algo preparamos y organizamos a más de un millón de venezolanos. La nueva fase ya no es una dinámica, ni siquiera como fachada electoral, sino cobrar y hacer valer ese resultado por la vía de las fuerzas internas y externas. Esa es la estrategia.
– ¿Cómo se despliega eso?
– En múltiples formas, entendiendo que uno de los planos, el fundamental, es el de la sociedad en su voluntad de luchar aquí, por ello estos regímenes, entendiendo lo relevante de la dinámica comunicacional y digital, han entrado con esa ferocidad. Hay mucho por hacer y desde luego en la relación con los principales aliados del mundo, en particular la nueva administración de los Estados Unidos.
– En ese marco ¿está previsto el uso legítimo de la fuerza?
– Fuerza no es necesariamente violencia, fuerza no es necesariamente armas de fuego. Fuerza es ejercer la presión de manera que se pueda doblegar, vencer al otro, entender cuáles son los elementos donde el régimen es vulnerable y donde esa fuerza realmente debe aplicarse. Sí, creo que este es un momento en el cual es absolutamente legítimo, como lo dice además la Constitución, apelar al derecho que tenemos de sacarlos del poder articulando fuerzas de adentro y de afuera.
– Mucha gente se dice: “Fuimos a votar, defendimos el voto y se ejecutó un fraude, ya Nicolas Maduro va para otras elecciones fraudulentas”. ¿Cuánta más presión interna se necesita o es que eso ya no es suficiente?
– Bueno, el 28 de julio no fue un fraude, ellos lo intentaron, pero realmente fue un robo descarado porque nosotros demostramos la victoria, y esa precisión es importante. Ellos habían cometido fraude muchas veces antes, por eso el 29 de julio cuando el mundo entero vio las actas , esa fase de procesos fraudulentos se cerró en Venezuela, quedaron absolutamente desnudos ante el mundo; eso los ha llevado a una nueva dinámica de represión brutal. Tampoco es una elección.
– Hay quienes hablan de no perder espacios conquistados.
– En esa trampa no va a caer la gente, que caigan cómplices, incluso alguna gente buena, perseguida que la puedan quebrar, porque estos tipos (los del régimen), son crueles, no tienen ni un grado de escrúpulos. La gente sabe muy bien cuál es esta maniobra y va a ser implacable con aquellos que pretendan sumarse a desconocer el mandato del 28 de julio, que tiene multiples dimensiones.
– ¿Son cuáles?
– Hay una dimensión de orden de principios: la defensa de la soberanía popular, la defensa de la verdad, la defensa de la Constitución; eso es un plan. Cualquier cosa que perjudique la reivindicación y el cobro de ese mandato, es una traición a esos principios. En segundo lugar, hay elementos de orden político; todos saben, dentro y fuera de Venezuela, que ese organismo llamado Consejo Nacional Electoral está absolutamente arrastrado y bajo el control de la tiranía.
– ¿Cómo se refleja esa sumisión?
– No hay duda, al día de hoy no hay un acta. Maduro fue proclamado con una servilleta. La desfachatez es tan grande que ni siquiera la pagina web se ha molestado el CNE en volver a levantarla, es decir, ponen y quitan a quien le da la gana. Participa y no participa como candidato a quien ellos le da la gana. Políticamente hablando, no hay argumento posible para justificar cualquier maniobra alrededor de esta trampa del régimen.
– Muchos creen que tienen una oportunidad política.
– Desde un punto de vista incluso pragmático y realista ¿de verdad creen, quienes se presten a esa maniobra, que hay algún chance que la gente los acompañe? Los van a enterrar junto con la tiranía, es decir, el país les va a pasar por encima. ¿Qué parte no entienden de lo que ocurrió?
– Por eso, muchos se preguntan ¿qué hacer?
– Hay que ir por partes, el régimen consciente de que está aislado internacionalmente, abandonado localmente y con profundas tensiones internas, quiere ver cómo se lava la cara y da una imagen de estabilidad, cuando este país no es estabilizable ni es gobernable bajo dictadura, por eso nosotros tenemos que conseguir más fuerzas. Me preguntas ¿cuánta fuerza hace falta? Obviamente no es suficiente la fuerza interna, pero la presión ciudadana es crucial para desafiar a la tiranía y presionar a quienes hoy la soportan. Presionar a los militares, a las policías, a los jueces, a todo el sistema judicial que es hoy el soporte de la tiranía internamente.
– No parece suficiente.
– Porque su apoyo externo, producto de ese chorro de dinero criminal, nosotros no lo podemos cerrar solos y ahí, a través de la aplicación de la Ley, requerimos que nuestros aliados reales entiendan la amenaza que representa Maduro para todo el hemisferio y en esas dos líneas estamos trabajando simultáneamente externa e internamente.
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