El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció un plan para inyectar USD 3.000 millones en la economía nacional a través de préstamos destinados a diversos sectores productivos.
Durante una entrevista en TC Televisión, el 18 de febrero de 2025, Noboa enfatizó la necesidad de que el Estado proporcione liquidez al sistema financiero para fomentar el empleo y el crecimiento económico. Según el mandatario, BanEcuador será la entidad encargada de canalizar estos recursos, enfocándose en agricultores, emprendedores y mujeres.
Sin embargo, el presidente, que busca ganar el balotaje contra la correísta Luisa González, no detalló las fuentes de financiamiento ni el cronograma específico para el desembolso de los fondos.
El anuncio de Noboa se produce en un contexto de crisis laboral, especialmente para los jóvenes. Según un informe elaborado por Children International y Empleo Joven Ecuador, el 80,1 % de los jóvenes ecuatorianos se encuentran desempleados. El estudio señala que la tasa de desempleo juvenil en Ecuador alcanzó el 9,5 % en mayo de 2024, con un incremento del 3,4 % respecto al año anterior.
Además, el subempleo afecta al 29,3 % de los jóvenes, reflejando una tendencia al alza en comparación con el 25,2 % registrado en 2023. Solo el 28,7 % de los jóvenes tiene un empleo adecuado, lo que evidencia un mercado laboral inestable y con oportunidades limitadas.
Las mujeres jóvenes enfrentan una situación más crítica, con una tasa de desempleo del 10,9 % y mayores dificultades para acceder a empleos formales. Además, persiste una brecha salarial de género: las jóvenes ganan en promedio un 18 % menos que los hombres en puestos similares.
La desigualdad también se acentúa por regiones. La Amazonía registra los niveles más altos de informalidad laboral (80,3 % en 2023), mientras que la región Insular presenta mejores indicadores de empleo adecuado (50 % en 2022).
El informe identifica que la falta de experiencia laboral es el principal obstáculo para que los jóvenes ingresen al mercado de trabajo. Esto afecta al 45 % de los encuestados. También se señala que el sistema educativo no responde a las demandas del sector productivo, con el 30 % de los jóvenes enfrentando dificultades debido a brechas en su formación académica.
A esto se suman desigualdades sociales que afectan de manera desproporcionada a mujeres y a jóvenes de comunidades indígenas y afroecuatorianas. La precariedad laboral, con altos niveles de informalidad e ingresos bajos, es otra de las barreras que enfrentan los jóvenes, especialmente en la Amazonía y la Costa.
A pesar de las dificultades, el estudio revela que el autoempleo es visto como una alternativa viable. El 70,9 % de los encuestados sin un emprendimiento propio expresó interés en iniciar uno, especialmente en los sectores de comercio, tecnología y gastronomía. Sin embargo, la falta de financiamiento (28,92 %) y la carencia de capacitación empresarial (13,43 %) representan obstáculos importantes para concretar estos proyectos.
Los jóvenes ecuatorianos también tienen expectativas y prioridades claras respecto a su futuro laboral. La mayoría busca empleo con el objetivo de alcanzar metas personales y profesionales (21,3 %), seguido por la necesidad económica (15,75 %) y el deseo de adquirir experiencia (15,08 %). Entre los factores más valorados en un trabajo se encuentran las oportunidades de crecimiento profesional (24,48 %), un ambiente laboral colaborativo (19,01 %) y la estabilidad laboral (17,52 %).
La promesa de Noboa de inyectar 3.000 millones de dólares en créditos podría tener un impacto significativo en la reducción del desempleo juvenil si se diseña e implementa correctamente. Sin embargo, la falta de claridad sobre el acceso a estos préstamos, los criterios de elegibilidad y las condiciones de financiamiento genera incertidumbre. Además, es necesario que el gobierno garantice que los recursos lleguen efectivamente a quienes más los necesitan y que se implementen estrategias para fomentar el empleo digno y estable en el país.