Sr. Presidente Electo Edmundo González Urrutia y Tribunal Supremo de Justicia en el Exilio: Es Hora de Cumplir con Venezuela
El pueblo venezolano se pronunció de manera clara y contundente el pasado 28 de julio de 2024. En un acto de valentía cívica, millones de ciudadanos otorgaron su confianza y respaldo al embajador Edmundo González Urrutia, eligiéndolo como su presidente para conducir a Venezuela hacia la restauración de la democracia y la libertad. Sin embargo, hoy, en 2025, la nación sigue esperando que este mandato popular se haga efectivo. Es imperativo que el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, la única instancia judicial legítima, proceda con la juramentación del presidente electo, en cumplimiento del mandato constitucional y del deseo soberano del pueblo.
Un Contexto de Secuestro Institucional
Según el artículo 231 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el presidente electo debe juramentarse el 10 de enero del primer año de su mandato. Ante la imposibilidad de realizar este acto ante la Asamblea Nacional, la juramentación debe llevarse a cabo ante el Tribunal Supremo de Justicia. No obstante, todos sabemos que la estructura institucional en Venezuela ha sido secuestrada por un régimen que ha hecho de la corrupción y la represión su modus operandi.
La historia reciente de Venezuela nos recuerda que este no es un caso aislado. En 2015, el pueblo logró una victoria parlamentaria sin precedentes, conformando una Asamblea Nacional con mayoría opositora. Uno de los deberes de esta nueva Asamblea Nacional era devolver la institucionalidad y el estado de derecho a la nación por lo tanto en 2017 fue nombrado y juramentado por un periodo de 12 años el nuevo Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela. Como respuesta, el régimen de Nicolás Maduro desató una feroz persecución, provocando el exilio de magistrados legítimos del Tribunal Supremo de Justicia, quienes se reorganizaron en 2017 bajo el amparo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El período 2017-2019 marcó la peor crisis política, económica y moral del país, lo que condujo a la conformación del llamado Gobierno Interino, respaldado por más de 60 países. Sin embargo, este experimento falló en su propósito de lograr un cambio real, debido a disputas internas y una falta de acción efectiva, lo que exacerbó la crisis y el desplazamiento masivo de venezolanos.
El Resurgimiento de la Esperanza Democrática
En este contexto de desesperanza, emergió un nuevo liderazgo que canalizó el deseo popular de cambio. La lideresa María Corina Machado, a través de un esfuerzo inédito de movilización y organización, logró revivir la fe en la democracia, obteniendo una victoria aplastante en las elecciones primarias de 2023. Su inhabilitación arbitraria por parte del régimen no detuvo la determinación del pueblo, quien encontró en Edmundo González Urrutia la figura que podía materializar el anhelo de una transición pacífica y ordenada hacia la democracia.
El 28 de julio de 2024, Venezuela habló nuevamente en las urnas. La victoria de Edmundo González Urrutia fue innegable. Sin embargo, como era de esperarse, el régimen usurpador de Maduro respondió con un golpe de Estado, invalidando el proceso electoral, proclamándose ganador fraudulentamente y persiguiendo a la oposición democrática.
Hoy, el presidente electo se encuentra asilado en España, o viajando a través del mundo, mientras que María Corina Machado sigue en la clandestinidad, liderando una resistencia incansable. Pero el pueblo venezolano no puede ni debe aceptar esta realidad como definitiva. La Constitución nos otorga un camino claro y viable para garantizar la continuidad del mandato otorgado por la soberanía popular.
La Urgencia de la Juramentación y un Plan de Acción para la Recuperación Nacional
Venezuela cuenta hoy con un Tribunal Supremo de Justicia legítimo en el exilio y con un presidente electo. El artículo 231 de la Constitución otorga la facultad al TSJ de proceder con la juramentación en caso de obstrucción institucional. La falta de acción ya no es una opción.
Sr. Edmundo González Urrutia, la historia lo llama a cumplir con el mandato que el pueblo le confió. Es su deber asumir el cargo y, con ello, presentar al país su equipo de gobierno y un plan de acción claro para la recuperación política, económica y social de la nación. La juramentación no es un simple acto simbólico; es un paso fundamental para consolidar la lucha por la restitución del Estado de derecho y la soberanía popular.
Exigimos:
La inmediata juramentación de Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela ante el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio.
La presentación de un gabinete de gobierno compuesto por profesionales idóneos y comprometidos con la reconstrucción nacional.
Un plan de acción estructurado que contemple la recuperación institucional, el restablecimiento del Estado de derecho, la reactivación económica y la reconstrucción del tejido social.
Un compromiso firme de la comunidad internacional para ejercer la presión necesaria sobre el régimen ilegítimo y respaldar la transición hacia la democracia.
El tiempo de la espera ha terminado. Venezuela ha resistido 26 años de corrupción, represión y decadencia institucional. La voluntad popular ya fue expresada en las urnas. Ahora, el liderazgo democrático debe responder con acción, valentía y compromiso. La juramentación del presidente electo es el primer paso hacia la verdadera libertad.
El pueblo venezolano no pide favores ni concesiones. Exige el cumplimiento de la ley y el respeto a su decisión soberana. Sr. Edmundo González Urrutia, el momento de actuar es ahora. Venezuela lo demanda. La historia lo juzgará.
Sr. Presidente Electo Edmundo González Urrutia y Tribunal Supremo de Justicia en el Exilio: Es Hora de Cumplir con Venezuela
El pueblo venezolano se pronunció de manera clara y contundente el pasado 28 de julio de 2024. En un acto de valentía cívica, millones de ciudadanos otorgaron su confianza y respaldo al embajador Edmundo González Urrutia, eligiéndolo como su presidente para conducir a Venezuela hacia la restauración de la democracia y la libertad. Sin embargo, hoy, en 2025, la nación sigue esperando que este mandato popular se haga efectivo. Es imperativo que el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, la única instancia judicial legítima, proceda con la juramentación del presidente electo, en cumplimiento del mandato constitucional y del deseo soberano del pueblo.
Un Contexto de Secuestro Institucional
Según el artículo 231 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el presidente electo debe juramentarse el 10 de enero del primer año de su mandato. Ante la imposibilidad de realizar este acto ante la Asamblea Nacional, la juramentación debe llevarse a cabo ante el Tribunal Supremo de Justicia. No obstante, todos sabemos que la estructura institucional en Venezuela ha sido secuestrada por un régimen que ha hecho de la corrupción y la represión su modus operandi.
La historia reciente de Venezuela nos recuerda que este no es un caso aislado. En 2015, el pueblo logró una victoria parlamentaria sin precedentes, conformando una Asamblea Nacional con mayoría opositora. Uno de los deberes de esta nueva Asamblea Nacional era devolver la institucionalidad y el estado de derecho a la nación por lo tanto en 2017 fue nombrado y juramentado por un periodo de 12 años el nuevo Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela. Como respuesta, el régimen de Nicolás Maduro desató una feroz persecución, provocando el exilio de magistrados legítimos del Tribunal Supremo de Justicia, quienes se reorganizaron en 2017 bajo el amparo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El período 2017-2019 marcó la peor crisis política, económica y moral del país, lo que condujo a la conformación del llamado Gobierno Interino, respaldado por más de 60 países. Sin embargo, este experimento falló en su propósito de lograr un cambio real, debido a disputas internas y una falta de acción efectiva, lo que exacerbó la crisis y el desplazamiento masivo de venezolanos.
El Resurgimiento de la Esperanza Democrática
En este contexto de desesperanza, emergió un nuevo liderazgo que canalizó el deseo popular de cambio. La lideresa María Corina Machado, a través de un esfuerzo inédito de movilización y organización, logró revivir la fe en la democracia, obteniendo una victoria aplastante en las elecciones primarias de 2023. Su inhabilitación arbitraria por parte del régimen no detuvo la determinación del pueblo, quien encontró en Edmundo González Urrutia la figura que podía materializar el anhelo de una transición pacífica y ordenada hacia la democracia.
El 28 de julio de 2024, Venezuela habló nuevamente en las urnas. La victoria de Edmundo González Urrutia fue innegable. Sin embargo, como era de esperarse, el régimen usurpador de Maduro respondió con un golpe de Estado, invalidando el proceso electoral, proclamándose ganador fraudulentamente y persiguiendo a la oposición democrática.
Hoy, el presidente electo se encuentra asilado en España, o viajando a través del mundo, mientras que María Corina Machado sigue en la clandestinidad, liderando una resistencia incansable. Pero el pueblo venezolano no puede ni debe aceptar esta realidad como definitiva. La Constitución nos otorga un camino claro y viable para garantizar la continuidad del mandato otorgado por la soberanía popular.
La Urgencia de la Juramentación y un Plan de Acción para la Recuperación Nacional
Venezuela cuenta hoy con un Tribunal Supremo de Justicia legítimo en el exilio y con un presidente electo. El artículo 231 de la Constitución otorga la facultad al TSJ de proceder con la juramentación en caso de obstrucción institucional. La falta de acción ya no es una opción.
Sr. Edmundo González Urrutia, la historia lo llama a cumplir con el mandato que el pueblo le confió. Es su deber asumir el cargo y, con ello, presentar al país su equipo de gobierno y un plan de acción claro para la recuperación política, económica y social de la nación. La juramentación no es un simple acto simbólico; es un paso fundamental para consolidar la lucha por la restitución del Estado de derecho y la soberanía popular.
Exigimos:
La inmediata juramentación de Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela ante el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio.
La presentación de un gabinete de gobierno compuesto por profesionales idóneos y comprometidos con la reconstrucción nacional.
Un plan de acción estructurado que contemple la recuperación institucional, el restablecimiento del Estado de derecho, la reactivación económica y la reconstrucción del tejido social.
Un compromiso firme de la comunidad internacional para ejercer la presión necesaria sobre el régimen ilegítimo y respaldar la transición hacia la democracia.
El tiempo de la espera ha terminado. Venezuela ha resistido 26 años de corrupción, represión y decadencia institucional. La voluntad popular ya fue expresada en las urnas. Ahora, el liderazgo democrático debe responder con acción, valentía y compromiso. La juramentación del presidente electo es el primer paso hacia la verdadera libertad.
El pueblo venezolano no pide favores ni concesiones. Exige el cumplimiento de la ley y el respeto a su decisión soberana. Sr. Edmundo González Urrutia, el momento de actuar es ahora. Venezuela lo demanda. La historia lo juzgará.