El Gobierno de Cuba rechazó el domingo la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 contra Venezuela, calificando la medida como «inaudita» y basada en «falsos pretextos».
En su cuenta de X, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, criticó la acción de EE. UU., afirmando que representa una «escalada en la política de hostilidad hacia el gobierno y el pueblo venezolano».
«Rechazamos la invocación inaudita y bajo falsos pretextos por parte del gobierno de Estados Unidos de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, para escalar su política de hostilidad contra el gobierno y pueblo de la República Bolivariana de Venezuela», escribió Rodríguez.
Yván Gil agradeció a Cuba
El canciller de Venezuela, Yván Gil, agradeció este lunes a Rodríguez, por su «firmeza y dignidad» al condenar la aplicación de una ley «anacrónica» por parte de Estados Unidos.
«Agradecemos la firmeza y dignidad de Cuba y su canciller Bruno Rodríguez condenando la aplicación de una ley anacrónica para criminalizar y estigmatizar la migración venezolana por parte del gobierno de los EEUU», escribió Gil en su perfil de Telegram.
Gil respaldó la postura cubana y reiteró el rechazo de Venezuela a lo que considera una estrategia de «criminalización y estigmatización de los migrantes venezolanos». «Estas acciones no solo violan los derechos humanos, sino que también buscan deslegitimar a nuestro país y a nuestra diáspora», afirmó el canciller.
Invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros
La Ley de Enemigos Extranjeros, que no se utilizaba desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), fue invocada por Trump el pasado 15 de marzo para acelerar las deportaciones masivas de presuntos integrantes de la banda transnacional Tren de Aragua.
Según la decisión de Trump, todos los venezolanos mayores de 14 años que se considere que pertenecen al Tren de Aragua, y que no sean residentes permanentes legales o estén naturalizados en EE. UU., están sujetos a ser detenidos, retenidos y expulsados como «enemigos extranjeros».
La Casa Blanca describió al Tren de Aragua como una organización criminal que opera en conjunto con el Cártel de los Soles y dijo que estaba «patrocinado» por el Gobierno de Nicolás Maduro.
La decisión presidencial vincula directamente al Tren de Aragua con altos funcionarios del Gobierno venezolano, incluido el exvicepresidente Tareck El Aissami, quien fue designado por el Departamento del Tesoro de EE. UU. como «narcotraficante» en 2017.
Esta medida ha generado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y gobiernos aliados de Venezuela, como Cuba, que la califican como una violación de los derechos fundamentales y un acto de hostilidad política.
Envío de presuntos miembros del Tren de Aragua a El Salvador
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, anunció el domingo que más de 250 personas consideradas integrantes del Tren de Aragua fueron deportadas a El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele se ofreció a encarcelarlas.
La decisión de Trump ha generado críticas tanto dentro como fuera de EE. UU., con organizaciones de derechos humanos y gobiernos aliados de Venezuela, como Cuba, denunciando la medida como una violación de los derechos fundamentales y un acto de hostilidad política.
Con información de El Cooperante