Los precios del petróleo avanzaban hacia su tercera semana consecutiva de ganancias el viernes, respaldados por el endurecimiento de las sanciones estadounidenses contra Venezuela e Irán, aunque con cierto freno debido a las preocupaciones sobre el impacto que podría tener la guerra arancelaria de Washington en la demanda global de crudo.
Según datos de Reuters, este viernes los futuros del Brent se mantenían estables en 74.03 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) estadounidense registró una leve alza de un centavo, situándose en 69.93 dólares.
Ambos referenciales acumulan un incremento del 2.5m% durante la semana y cerca del 7n% desde los mínimos registrados a principios de marzo. Los analistas de BMI atribuyen este repunte principalmente al cambiante panorama de las sanciones petroleras globales. El presidente Donald Trump anunció el lunes nuevos aranceles del 25 % para los compradores de crudo venezolano, medida que siguió a las sanciones impuestas días antes a las importaciones chinas de petróleo iraní.
Estas decisiones han generado incertidumbre en los mercados, provocando incluso que China, principal comprador del crudo venezolano, haya paralizado temporalmente sus operaciones comerciales con Venezuela.
June Goh, analista senior de Sparta Commodities, explicó que la posible reducción de las exportaciones venezolanas e iraníes debido a estos aranceles secundarios ha creado una percepción de escasez en el mercado. A este factor se suma el mejor desempeño de la demanda en Estados Unidos, donde las reservas de crudo cayeron 3.3 millones de barriles la semana pasada, superando ampliamente las expectativas de los analistas que anticipaban una reducción de apenas 956,000 barriles.
Sin embargo, el mercado enfrenta presiones contrapuestas. Por un lado, la OPEP+ se prepara para iniciar en abril su programa de aumentos graduales de producción, con probabilidades de extender estos incrementos durante mayo.
La organización busca equilibrar el mercado, permitiendo mayores volúmenes a los miembros que han cumplido disciplinadamente con sus cuotas, mientras exige compensaciones a aquellos que han excedido sus límites. Por otro lado, los temores a una escalada en la guerra comercial generaron cierta presión bajista el viernes, reflejada en ventas generalizadas de activos de riesgo.
Ante este escenario de múltiples factores, los analistas anticipan que las fuertes ganancias recientes podrían no sostenerse en el corto plazo. BMI mantiene su proyección de un precio promedio de 76 dólares por barril para el Brent durante 2025, cifra inferior a los 80 dólares registrados en 2024, destacando la persistente incertidumbre que caracteriza al mercado petrolero actual.
Medidas de EE. UU. contra Venezuela
La preocupación en el sector petrolero surge tras la decisión de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE.UU. de cancelar la licencia que permitía a Chevron operar en Venezuela, otorgándole inicialmente 30 días para cerrar sus operaciones, plazo que posteriormente fue extendido hasta el 27 de mayo.
La medida, contenida en la licencia general 41A, prohíbe expresamente a la petrolera estadounidense realizar pagos de impuestos o regalías al Gobierno venezolano.
El presidente Donald Trump justificó esta decisión señalando que el gobierno de Nicolás Maduro «no ha cumplido con los acuerdos sobre condiciones electorales ni con los compromisos de repatriación de migrantes». Por su parte, las autoridades venezolanas han calificado la medida como «lesiva e inexplicable», argumentando que afecta tanto a Venezuela como a los intereses estadounidenses.
La tensión se ha intensificado con el anuncio de que EE.UU. aplicará aranceles del 25 % a los países que compren petróleo venezolano a partir de abril. Medida que la administración de Nicolás Maduro tildó de “arbitral, ilegal y desesperada”, asegurando que la misma demuestra el “fracaso rotundo” de las sanciones en contra del país.