Después de que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció su paquete de aranceles recíprocos para varios países, los mercados bursátiles del mundo se hundieron en un “lunes negro” hoy, 7 de abril de 2025.
- Los aranceles recíprocos de Trump contemplan 10% para la mayoría de los países, 20% para la Unión Europea y 34% para China
- Asia es una de las regiones más golpeadas por los aranceles de Trump; China, Vietnam y Camboya, los principales afectados
- Ante tal panorama, la Unión Europea ofreció a Estados Unidos un acuerdo para adoptar arancel cero en el intercambio de bienes industriales.
Además, este lunes, Trump pidió a la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) que baje los tipos de interés y acusó a China de ser el «mayor abusador» por haber respondido con represalias a los aranceles del 34% que le impuso.
El presidente de Estados Unidos no tiene intención de dar marcha atrás o corregir el rumbo de su política comercial. Los mercados, tampoco.
Después de una semana dramática en las Bolsas de todo el mundo, con los dos peores días consecutivos desde la crisis de 2008, pero también fatal en las divisas o el precio de las commodities e incluso las criptomonedas, con la destrucción de más de 6,5 billones de dólares sólo en las sesiones del jueves y el viernes, todo apunta a un nuevo lunes negro en Europa y EEUU.
El S&P 500 se ha desplomado un 17% desde sus máximos de febrero, y está a punto de entrar en lo que se denomina un mercado bajista. Goldman Sachs elevó el domingo del 20% al 35%, y pocas horas después del 35% al 45% las probabilidades de una recesión en los próximos 12 meses, pero especificando que si el miércoles entran en vigor todos los aranceles prometidos, su escenario base pasará a ser una recesión segura que forzaría a la Fed a cambiar sus planes y bajar hasta 2 puntos enteros los tipos de interés, frente al 0,50% previsto en 2025. Y los indicadores anticipan una nueva jornada de pérdidas y caos, con sensaciones cada vez más parecidas a las de 2008, pero con la diferencia de que ahora el principal Gobierno implicado no lucha para evitar el desastre, sino que empuja hacia él.
Durante el fin de semana, Trump, ocupado en torneos de golf en sus campos de Florida, ha permanecido en silencio, completamente ajeno o indiferente a la tormenta desatada. Hasta subirse al avión de vuelta a Washington en la noche del domingo, cuando ha dicho que a veces para curar una enfermedad hace falta medicina, por desagradable que sea. «Los aranceles, que ahora están trayendo decenas de miles de millones de dólares a EEUU, están en vigor y son algo hermoso de ver. ¡Algún día la gente se dará cuenta de que los aranceles, para Estados Unidos de América, son algo muy hermoso!», afirmó doblando la apuesta de su desafío.
«He hablado con muchos líderes, europeos y asiáticos de todo el mundo. Se mueren por llegar a un acuerdo. Pero les dije que no vamos a tener déficits con su país. No vamos a hacerlo porque, para mí, un déficit es una pérdida. Tendremos superávits o, en el peor de los casos, alcanzaremos el punto de equilibrio (…) Yo fui elegido por esto.
Los aranceles el próximo año nos harán ganar un billón de dólares, además del billón de dólares que miles de empresas ya van a reubicar en Estados Unidos (…) Es insostenible para nosotros permitir que China tenga superávits de un billón de dólares;
recibiremos más de un billón de dólares en el próximo corto plazo (…) ¿Qué pasará con el mercado? No puedo decírselo, pero sí puedo asegurarles que nuestro país se ha fortalecido mucho y, con el tiempo, será un país como ningún otro. Será el país económicamente más dominante», dijo el presidente a los periodistas a bordo del Air Force One.
También los lugartenientes económicos de la administración se multiplicaron en todos los programas televisiones del domingo para intentar calmar a los inversores y las familias, asegurando que todo está bajo control, descartando que el país camine hacia una recesión, que la inflación vaya a repuntar o que la economía esté en peligro.
Pero el resultado no fue el deseado. A primera hora de la mañana en Asia o en Oceanía, la tendencia negativa marcada desde el momento en el que la Casa Blanca anunció sus brutales aranceles para todos sus socios comerciales, amigos o enemigos, se ha mantenido.
Tokio abrió con una caída del 7,35%, provocando que los reguladores llegaran a interrumpir las cotizaciones de futuros. Sídney sufrió pérdidas de un 6% y Hong Kong y Taipei rozaron los dos dígitos en la apertura. Algo esperado porque como destacaban las notas de analistas y bancos de inversión del sábado, las economías asiáticas son las grandes expuestas a las represalias
entre China y Estados Unidos, pues ambas son las principales socias comerciales de todos. Las acciones de Taiwan Semiconductor Manufacturing
Company, el mayor fabricante de chips del mundo, cayeron lo mismo, casi un 10%, mientras que Foxconn, el principal fabricante para Apple, se dejaba más de un 9%.