De Canadá a Chile, pasando por Estados Unidos, México y Perú. Estos son algunos de los diez países de América hasta donde han llegado los tentáculos del Tren de Aragua. Pese a su expansión en la región, las células de la banda criminal que se gestó en la cárcel de Tocorón (133 kilómetros al oeste de Caracas) siguen recibiendo instrucciones desde Venezuela, a donde también envían parte de los fondos que obtienen con sus fechorías.
La información figura en el informe “Tren de Aragua: La red criminal que desafía fronteras” que Transparencia Venezuela en el exilio publicó recientemente y en el cual se cita información de policías y fiscalías de distintos países, especialmente del cono sur, que revela los nexos entre los miembros de la organización criminal que operan en el exterior y los que permanecen en territorio venezolano.
“El análisis de los mensajes de WhatsApp de los delincuentes capturados hace referencia a órdenes, intercambios y directrices desde el comando en Venezuela”, se afirma en el reporte, en el cual también se señala que “la evaluación de trazabilidad del dinero ha permitido a las autoridades seguir su pista hasta Venezuela o la frontera con Venezuela, donde se realizan operaciones de cambio de moneda, ventas y otras transacciones”.
Estos indicios contrastan con las versiones de las autoridades nacionales, que han dado por liquidado al grupo delictivo y han denunciado su uso para perjudicar al Gobierno de Nicolás Maduro.
Víctimas y peones
Los migrantes venezolanos, que en las últimas semanas han estado en el foco mediático por las medidas tomadas contra los migrantes ilegales en Estados Unidos, son en realidad las principales víctimas del Tren de Aragua, de acuerdo con el reporte, de 38 páginas de extensión.
“Quienes han analizado el devenir de esta banda criminal mencionan a la migración como uno de los factores de expansión del Tren de Aragua, a través del negocio del tráfico y la trata de personas para el comercio sexual y laboral”, se afirma en la investigación.
La organización delictiva estableció un sistema de “coyotes” o “agencias de viaje” enfocado en migrantes con bajos recursos, que “se convertían en muchos casos en víctimas de trata para explotación sexual o laboral, no solo para pagar el transporte y sus servicios, sino que, posteriormente, el Tren de Aragua las mantenía en sumisión bajo la amenaza de atentar contra la familia que dejaron en Venezuela”, agrega el informe.
“El Tren de Aragua no solo se benefició de las necesidades migratorias y las rutas como canal para su negocio como coyotes, sino que aprovechó los asentamientos de la población migrante venezolana, en las diferentes ciudades de las Américas, para desarrollar su actividad de extorsión, comercio sexual y laboral, menudeo de drogas, tráfico de Ketamina y alianza con grupos criminales que tienen control de ilícitos en cada país”, se apunta.
Asimismo, en países como Chile, las autoridades han encontrado que la organización presiona a migrantes con estatus legal para blanquear su dinero, a través de comprar de motocicletas y vehículos para alquilar o de locales de comida rápida, entre otros negocios.
Saltar el charco
En 2024, la aprehensión en España de Gerso Guerrero, hermano de Héctor Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, considerado como el cabecilla del Tren de Aragua, reveló que el grupo criminal podría haber intentado el cruce del Atlántico, lo que ha puesto en alerta a las autoridades españolas.
La extradición en julio pasado de Guerrero, considerado una pieza importante del Tren Aragua, fue presentada como éxito por la Fiscalía venezolana, que a principios de este año anunció sus intenciones de conseguir la entrega de todos los miembros de la banda delictiva que hayan sido capturados en otros países.
“País que pueda tener alguno de estos delincuentes aprehendidos, deberá en base a esas órdenes de aprehensión y alerta roja entregarlos a nuestra nación, para que sean implacablemente procesados como lo hemos demostrado”, anunció en enero pasado el fiscal general de la República, Tarek William Saab.
Así, el 25 de febrero pasado la Fiscalía 69 Nacional con Competencia Plena solicitó al Tribunal Especial Segundo de Primera Instancia en Funciones de Control contra el Terrorismo la extradición a Colombia de Derwin Isaías Chávez Mora, un presunto miembro del Tren de Aragua quien es señalado, entre otras cosas, de ejecutar ataques con explosivos contra los comerciantes del estado Aragua que se negaran a pagar extorsiones al grupo.
Chávez Mora, alias “Isaías”, fue capturado cinco días antes por la policía colombiana en la localidad de Piedecuesta (Departamento de Santander, a 300 kilómetros del estado Táchira).
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) aceptó la petición de la Fiscalía, el pasado 3 de abril, tal y como se lee en la sentencia número E-25 de la Sala de Casación Penal, en la cual declaró “procedente” la solicitud de extradición de Chávez Mora, “por cuanto hay razones suficientes de hecho y de derecho, para que sea juzgado en territorio venezolano por la presunta comisión de los delitos tipificados como tráfico ilícito de sustancias
estupefacientes y psicotrópicas, asociación agravada, tráfico de armas y municiones y financiamiento del terrorismo”.
En 2024, las autoridades colombianas dieron duros golpes a esta estructura criminal logrando varias detenciones, entre ellas la de unos de los fundadores del grupo delictivo, identificado como Larry Amaury Álvarez Núñez, alias “Larry Changa”. El propio presidente Gustavo Petro anunció en su cuenta de X, a mediados de noviembre de 2024, la detención de alias “Jeison Comino”, considerado el “segundo cabecilla más importante del Tren de Aragua en territorio colombiano”.