El jueves se llevaron a cabo homenajes para una estrella del merengue y otras personas que fallecieron cuando un techo de cemento se derrumbó en un popular club nocturno de República Dominicana, mientras el número de muertos aumentaba a 221 y los equipos buscaban más cuerpos bajo los escombros.
Dolientes vestidos de negro y blanco acudieron al Teatro Nacional de Santo Domingo, donde el cuerpo de Rubby Pérez yacía en un ataúdcerrado. Pérez actuaba en el escenario del club Jet Set la madrugada del martes cuando ocurrió el desastre.
El presidente Luis Abinader y la primera dama Raquel Arbaje llegaron al teatro y permanecieron junto al ataúd de Pérez durante varios minutos. Algunos dolientes lloraban mientras se reproducía una grabación de Pérez cantando el himno nacional. El renombrado músico dominicano Juan Luis Guerra estuvo entre los presentes para rendir homenaje.
Mientras tanto, a solo unas cuadras de distancia, los equipos continuaban la sombría búsqueda de víctimas y sobrevivientes. No se ha encontrado a nadie con vida desde el martes por la tarde.
“Prácticamente peinamos el área cero”, dijo Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencia, y agregó que los equipos se centran en una última pequeña área de escombros.
Más tarde el jueves, Méndez se quebró mientras hablaba con los periodistas.
“Gracias, Dios, porque hoy cumplimos la tarea más difícil que he tenido durante 20 años”, dijo, alejando el micrófono de su rostro mientras lloraba. Otros funcionarios lo consolaban mientras decía, “Me disculpan”, antes de pasar el micrófono a un oficial del ejército.
Las autoridades dijeron que 189 personas han sido rescatadas con vida de entre los escombros. Más de 200 resultaron heridas, y 24 de ellas aún están hospitalizadas, entre ellas, ocho en estado crítico.
“Si el trauma es muy intenso, no hay mucho tiempo” para salvar a los pacientes en esa condición, dijo el ministro de Salud, Víctor Atallah.
Él y otros médicos indicaron que las lesiones incluían fracturas de cráneo, fémur y pelvis. El legendario club de Santo Domingo estaba repleto de músicos, atletas profesionales y funcionarios del gobierno cuando comenzó a caer polvo del techo y en las bebidas de la gente la madrugada del martes. Minutos después, el techo se vino abajo.