En un gesto inesperado en medio de fuertes tensiones diplomáticas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, se reunieron este sábado en la Basílica de San Pedro, minutos antes del funeral del papa Francisco.
Según confirmó la Casa Blanca en un comunicado, ambos líderes «se sentaron para mantener una reunión privada» en el icónico templo vaticano. Más tarde, Zelenski describió el encuentro en su cuenta de X (antes Twitter) como «muy simbólico» y con potencial para «convertirse en histórico, si logramos resultados conjuntos».
El mandatario ucraniano señaló que discutieron «muchos» temas y espera resultados en lo tratado como la protección de la vida de los civiles, un «alto al fuego completo e incondicional» y la búsqueda de una «paz confiable y duradera que evite otra guerra».
El encuentro ocurre en un momento de profundas tensiones entre Kiev y Washington. Zelenski había anunciado su intención de contactar a Trump tras la reciente llamada entre el líder estadounidense y el presidente ruso, Vladímir Putin, en la que ambos acordaron detener los ataques a infraestructura energética ucraniana.
Sin embargo, el mandatario ucraniano calificó ese acuerdo como «muy alejado de la realidad», luego de que drones rusos impactaran en múltiples regiones de Ucrania, dañando incluso un hospital en Sumy.
La relación entre Trump y Zelenski se ha visto deteriorada desde hace meses. A finales de febrero, una tensa reunión en el Despacho Oval evidenció las diferencias irreconciliables: Trump, junto a su vicepresidente J.D. Vance, recriminó a Zelenski la falta de «agradecimiento» hacia el apoyo estadounidense y cuestionó su disposición real a negociar la paz con Rusia.
«Tu país está en graves problemas», espetó Trump durante ese encuentro, mientras suspendía la firma de un esperado acuerdo económico sobre recursos naturales ucranianos. Posteriormente, Trump ordenó una «pausa» en la ayuda militar a Ucrania, condicionando su reactivación a que Zelenski mostrara un compromiso tangible con las negociaciones de paz.
Desde entonces, las tensiones no han cesado. Mientras la administración Trump afirma que busca «un rápido final» para la guerra, el Gobierno ucraniano insiste en que solo una «paz justa y duradera», sin concesiones territoriales a Moscú, podrá poner fin al conflicto.