El cardenal Giovanni Angelo Becciu informó este martes 29 de abril que no formará parte del cónclave que se celebrará a partir del 7 de mayo para elegir al sucesor del papa Francisco.
En un comunicado difundido por la Oficina de Prensa del Vaticano, el purpurado italiano explicó que su decisión responde al deseo expresado por el difunto pontífice. “He decidido obedecer la voluntad del papa Francisco, permaneciendo convencido de mi inocencia”.
Becciu justificó su paso al costado como un acto por «el bien de la Iglesia» y para «favorecer un ambiente de comunión y serenidad» durante el proceso de elección papal.
La renuncia de Becciu ocurre tras conocerse, según informó el diario italiano Domani, que el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, le presentó dos cartas firmadas por el papa Francisco —una en 2023 y otra en marzo de 2025— en las que se ordenaba expresamente su exclusión del cónclave.
Aunque en un principio se le había informado que su participación estaba permitida por no haber un veto formal por escrito, el cardenal camarlengo, Kevin Farrell, habría ratificado en los últimos días la instrucción del difunto pontífice.
Becciu fue condenado en diciembre de 2023 a cinco años y medio de prisión por malversación de fondos del Vaticano en el llamado “caso del edificio de Londres”. El cardenal fue juzgado por delitos de corrupción vinculados al «uso indebido» de fondos de la Secretaría de Estado y del Óbolo de San Pedro.
Tras apelar la sentencia, Becciu fue autorizado a participar en liturgias públicas junto a otros cardenales, incluida la Misa de Pascua y la reciente Misa de Réquiem por Francisco celebrada el 26 de abril.
Hasta la fecha, se han congregado en Roma más de 180 cardenales convocados al cónclave, quienes anunciaron que la reunión del Colegio Cardenalicio de la Iglesia católica para elegir al nuevo líder de la Iglesia católica comenzará el próximo 7 de mayo.
Como es tradición, la Capilla Sixtina permanecerá cerrada al público durante los días que dure la elección, garantizando así la privacidad y el recogimiento necesarios para que los cardenales deliberen sin interferencias.