Kamla Persad-Bissessar, líder del partido Congreso Nacional Unido (UNC, centro), prestará juramento como primera ministra de Trinidad y Tobago el jueves, anunció este miércoles la presidencia de este archipiélago anglófono ubicado frente a las costas de Venezuela.
La ceremonia de juramentación de Persad-Bissessar, cuyo partido UNC obtuvo mayoría absoluta en las elecciones legislativas del lunes, está prevista para las 16H00 locales (20H00 GMT).
Según los resultados preliminares publicados el martes por la comisión electoral, la UNC obtuvo 26 de los 41 escaños de la cámara baja. El ex partido gobernante Movimiento Nacional del Pueblo (PNM) se llevó 13 escaños, mientras que el Partido Popular de Tobago ganó los dos restantes.
Persad-Bissessar, abogada de 73 años, fue primera ministra entre 2010 y 2015. Había ingresado a la política como consejera regional en 1987. Se convirtió en la primera Fiscal General de Trinidad y Tobago en 1996 y en 2010 fue la primera mujer en el cargo de primer ministro en el país.
También fue la primera mujer en ejercer como presidenta de la Commonwealth entre 2010 y 2011.
«Tenemos mucho trabajo por hacer (…) Cuando la UNC gana, todos ganan», dijo Persad-Bissessar a sus partidarios el lunes.
Enfrenta dos grandes desafíos: contener la violencia y la recesión.
Durante su campaña prometió un aumento salarial a los empleados públicos en un momento en que el país está sumido en una grave crisis económica.
El archipiélago, conocido por su carnaval y sus playas, salió a mediados de abril de un estado de emergencia declarado en diciembre de 2024 debido a la violencia.
En 2024 se registraron más de 600 homicidios, muchos de ellos vinculados a bandas criminales, de acuerdo a datos oficiales, una cifra superior a la de 2023.
Según un informe de marzo del Departamento de Estado de Estados Unidos, la tasa de homicidios de Trinidad y Tobago de 37 por cada 100.000 personas la convierte en la sexta nación más peligrosa del mundo.
Segundo productor de gas del Caribe, el país también atraviesa una recesión económica que esperaba superar gracias a la explotación del gran yacimiento gasífero «Dragón», que se extiende entre Venezuela y Trinidad y Tobago.
Pero Estados Unidos, que busca asfixiar económicamente a Venezuela, revocó en abril bajo pena de sanciones el permiso que permitía a Trinidad y Tobago desarrollar el yacimiento con Venezuela.
Se espera que Persad-Bissessar intente convencer a Washington del impacto de la decisión sobre este pequeño país, donde algo más del 15% de la población vive en la pobreza, según Naciones Unidas.