Un grupo de migrantes venezolanos detenidos en el centro de detención Bluebonnet, en Anson, Texas, expresaron temor ante la posibilidad de ser deportados a El Salvador y recluidos en la prisión de máxima seguridad CECOT, conocida por sus duras condiciones.
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Los detenidos, muchos de los cuales niegan vínculos con pandillas, formaron las letras «SOS» con sus cuerpos en el patio del centro como señal de auxilio, mientras un dron captaba las imágenes.
Según documentos obtenidos por Reuters, al menos 31 de ellos fueron notificados por autoridades migratorias de que serían deportados bajo la antigua Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, por presunta vinculación con el grupo criminal Tren de Aragua. Sin embargo, familiares aseguran que los detenidos «no tienen antecedentes penales y rechazaron firmar dichos avisos».
El intento de deportación, que incluía el traslado al aeropuerto regional de Abilene, fue frenado el 18 de abril por una orden temporal de la Corte Suprema. Pese a este alivio momentáneo, el futuro de los migrantes sigue incierto, ya que el gobierno del expresidente Trump ha retomado una línea dura de deportación, incluyendo la transferencia de al menos 137 venezolanos a El Salvador.
Uno de los detenidos, Diover Millan, fue arrestado en Georgia y trasladado a Texas en abril. Su esposa afirma que él y otros internos apenas duermen por miedo a una deportación repentina. Otro joven, Jeferson Escalona, exoficial de policía venezolano, niega toda relación con pandillas y alega que las acusaciones se basan en malinterpretaciones de fotos en su celular.
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Ambos detenidos han declarado que temen por sus vidas y han solicitado regresar voluntariamente a Venezuela, pero sin éxito. Mientras tanto, familiares y defensores intentan conseguir asistencia legal ante la falta de pruebas concretas por parte de las autoridades.
La situación evidencia la tensión entre políticas migratorias cada vez más estrictas y los derechos humanos de quienes buscan asilo. La decisión final podría recaer en la Corte Suprema, mientras la incertidumbre mantiene a decenas de migrantes en vilo.