El Gobierno de Nicolás Maduro rechazó este lunes la alerta de viaje emitida por el Departamento de Estado de Estados Unidos, y la calificó como un “acto hostil cargado de cinismo, racismo y propaganda política” que, según afirma, “busca alimentar la campaña de agresión permanente contra nuestro país”.
“Mientras intenta desacreditar a Venezuela con acusaciones infundadas, es el propio gobierno estadounidense quien secuestra encarcela y desaparece a migrantes, incluidos niños venezolanos como Maikelys Antonella Espinoza Bernal, retenida en su frontera sur sin justificación ni respuesta oficial, con el claro objetivo de utilizarla como rehén política en favor de la ultraderecha venezolana”, señala el comunicado publicado por el canciller Yván Gil en Telegram
Según Miraflores, Estados Unidos “carece de autoridad moral para hablar de derechos humanos”. “Las imágenes de niños en jaulas, madre separada de sus hijos, deportaciones arbitrarias y centros de atención que recuerdan campos de concentración siguen estremeciendo el mundo”, añade.
“A ellos se suman leyes racistas, brutalidad policial y crímenes contra trabajadores venezolanos, cómo los secuestrados en El Salvador, sometidos a tratos inhumanos”, prosigue el texto.
La administración oficialista sostiene que la alerta de viaje de EE. UU. “no busca proteger a nadie”, sino que es una “herramienta de guerra psicológica y desinformación, parte del libreto intervencionista de Washington y sus lacayas locales”.
“Venezuela es un país de paz. Quienes deseen visitarnos con respeto y espíritu de hermandad encontrarán siempre abiertas las puertas de un pueblo digno, soberano y en revolución”, concluye el comunicado.

Más temprano, el Departamento de Estado de EE. UU. actualizó su alerta de viaje a Venezuela, reafirmando el nivel 4 de advertencia —el máximo posible— y subrayando el «peligro extremo» que enfrentan los ciudadanos estadounidenses que permanecen en territorio venezolano.
“No viaje ni permanezca en Venezuela debido al alto riesgo de detención injusta, tortura, terrorismo, secuestro, aplicación arbitraria de las leyes locales, delincuencia, disturbios civiles y deficiente infraestructura sanitaria», señala la alerta.
También destaca que la «delincuencia violenta, homicidios, secuestros y robos armados, es generalizada en todo el país, mientras que la escasez de gasolina, agua, alimentos, medicinas y suministros médicos continúa afectando a la mayoría de las regiones».
Asimismo, advierte sobre la presunta presencia de «grupos terroristas colombianos» en las zonas fronterizas con Colombia, Brasil y Guyana, y alerta que incluso breves cruces por tierra hacia Venezuela pueden derivar en «detenciones arbitrarias».
Las autoridades estadounidenses recomiendan de manera «enfática» que todos sus ciudadanos y residentes permanentes legales que aún se encuentren en Venezuela abandonen el país «de inmediato».
El Departamento de Estado recordó que desde marzo de 2019 no opera personal diplomático en Caracas, por lo que la Embajada de EE. UU. permanece cerrada y todos los servicios consulares están suspendidos «hasta nuevo aviso». Esto implica que Estados Unidos «no puede ofrecer asistencia a sus ciudadanos en caso de detención, emergencias médicas o evacuaciones».
Además, subrayó que «no existe una forma segura de viajar a Venezuela» y recordó que quienes intenten entrar al país sin una visa válida «se exponen a detenciones indefinidas sin acceso consular».
Por su parte, la Administración Federal de Aviación (FAA) también mantiene una prohibición de vuelo en el espacio aéreo venezolano debido a los riesgos para la aviación civil.
La alerta incluye recomendaciones específicas para quienes, pese a la advertencia, decidan viajar a Venezuela. Entre ellas se encuentran: contar con un plan de comunicación con familiares, preparar un testamento, llevar suficientes medicamentos, contratar seguridad privada y no «depender en ningún caso» de asistencia del gobierno estadounidense.