La producción petrolera de Venezuela alcanzó en abril 1 051 000 barriles por día (bpd), un incremento de 0.28 % —unos 3 000 bdp— respecto a marzo, cuando promedió en 1 048 000 bpd, según fuentes primarias recogidas en el informe publicado este miércoles por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Por su parte, las fuentes secundarias, que no provienen directamente del Gobierno venezolano, presentan una perspectiva diferente. Estas indican que la producción de abril de 2024 fue de 888 000 bpd, 3.68 % menos que en marzo, cuando la producción fue de 922 000.


Por su parte, indicó que las importaciones de crudo de Estados Unidos promediaron 5.8 millones de barriles por día (mb/d) en abril, según estimaciones basadas en datos preliminares. Esta cifra refleja una caída de 134 mil barriles por día (tb/d), equivalente a un 2% menos en comparación con el mes anterior.
De acuerdo con los reportes semanales preliminares de la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), el descenso se debió principalmente a una reducción en los envíos desde Canadá, Brasil, Arabia Saudita y Venezuela.
La producción petrolera en Venezuela continúa siendo objeto de discrepancias entre fuentes oficiales y secundarias, lo que impide tener una visión clara del sector.
Desde 2014, cuando el país producía cerca de 3 millones de barriles diarios (bpd), la industria no ha logrado recuperar sus niveles históricos. A pesar de las promesas gubernamentales, como la meta de superar los 2 millones de bpd en 2023, los resultados han sido esquivos.
Desafíos
La gestión del sector ha estado marcada por crisis internas, como el escándalo de corrupción en PDVSA que llevó a la salida de Tareck El Aissami y la detención de más de 60 implicados.
Pese a esto, el gobierno de Nicolás Maduro insiste en su apuesta por reactivar la industria, promoviendo inversiones extranjeras en petróleo, gas y refinación. Maduro ha criticado las restricciones impuestas por «decretos imperiales», aunque asegura que el país avanza mediante alianzas con empresas privadas.
El entorno internacional sigue siendo adverso. En abril de 2024, Estados Unidos reinstauró sanciones al sector energético venezolano tras el incumplimiento de los acuerdos electorales con la oposición.
Más recientemente, en marzo de 2025, la administración de Donald Trump revocó la licencia a Chevron, exigiendo el cese de sus operaciones en Venezuela. Estas medidas, sumadas al deterioro de la infraestructura y la fuga de talento, han profundizado la crisis del sector.