Todos los grandes líderes europeos han exigido a Vladimir Putin que negocie con Volodimir Zelenski la paz en Ucrania. Empezando por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el máximo responsable de la primera potencia de la Unión Europea, Friedrich Merz. «No sólo es una guerra contra Ucrania, es algo que va en contra de todo el orden de nuestro continente», ha afirmado el alemán este viernes.
También lo ha hecho Emmanuel Macron, presidente francés e ideólogo de la Comunidad Política Europea, foro desde el que se ha lanzado la exigencia a Rusia y que hoy se ha celebrado en Tirana. La italiana Giorgia Meloni ha sido asimismo una de las voces relevantes de esta suerte de manifiesto europeo. «Seguiremos estando del lado de Ucrania y trabajando para que esta guerra termine inmediatamente porque nuestra seguridad y libertad dependen de restaurar la fuerza de la ley», ha subrayado.
Lo mismo que el premier británico Keir Starmer e incluso el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que aunque ha sido algo más tibio sí que ha afirmado en la sesión plenaria de la Comunidad que la oportunidad para alcanzar la paz es «histórica». Y aunque justo en ese acto de la reunión no ha hablado, sí lo ha hecho antes de la misma y en la misma línea que el resto de líderes el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que ha criticado con dureza «el bajo nivel» de la delegación que Rusia ha enviado a Turquía para negociar con Ucrania. «La pelota está en su campo, tiene que querer jugar y ser serio sobre querer la paz. Toda la presión está ahora sobre Putin», ha incidido el ex primer ministro de Países Bajos.
La recopilación de voces fundamentales en Europa es, por lo tanto, difícilmente igualable, y esto no hace más que agudizar la desaparición del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de esta primera línea política europea. No ha querido atender a los medios; no ha tomado la palabra en el plenario; no estaba sentado junto a los grandes líderes; incluso, no ha sido incluido en un vídeo generado por lA en la que la versión infantil de los presidentes y primeros ministros saludaba al pueblo albanés; y, además, ha sido presionado por Rutte, que ha asegurado que, «sin duda», España alcanzará el objetivo del 5% del Producto Interior Bruto (PIB) en inversión en Defensa que la OTAN fijará casi con total probabilidad en la próxima cumbre de La Haya. El líder del Ejecutivo español ha estado totalmente relegado en una jornada trascendental.
Sanciones y llamada a Trump
Porque además de las exigencias ya expuestas, la reunión de la Comunidad Política Europea en la capital albanesa ha dejado también el adelanto de las próximas actuaciones contra Rusia, una advertencia a Putin y una llamada al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Empezando por lo primero, Von der Leyen ha anunciado que el inminente 18° paquete de sanciones incluirá al sistema financiero ruso y, por primera vez, «prohibirá» el Nord Stream. Se trata de los gaseoductos a través de los que Alemania importaba gas barato desde Rusia, que tras el conflicto quedaron paralizados y sobre los que ahora se da un paso más.
También se elevará la presión sobre la flota fantasma con la que Rusia sigue comerciando con bienes que están ya multados utilizando buques bajo terceras banderas, y se establecerá un precio máximo más bajo que los países pueden pagar por el petróleo ruso. El objetivo es ahogar financieramente al país.
La amenaza es la que ha lanzado Starmer, que no sólo ha constatado que Rusia está «dando largas y jugando» sino que los europeos deben «estar preparados para seguir adelante». «Porque si Rusia no acude a la mesa de negociaciones, Putin debe pagar el precio», ha incidido el premier. El tono contra el presidente de Rusia sigue endureciéndose y se suma, además, al tribunal de guerra que la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha impulsado para juzgar al líder ruso y a sus colaboradores más cercanos por la invasión de Ucrania.
Y la llamada a Trump es la que, en los denominados márgenes de la reunión, han protagonizado Merz, Macron, Starmer, el propio Zelenski y también el primer ministro de Polonia, Donald Tusk. Son los integrantes del denominado Triángulo Weimar más Reino Unido, y que son a la vez algunos de los países que más comprometidos se han mostrado con la necesidad de frenar a Putin y defender a Ucrania.
«Hablamos de la reunión de Estambul. Ucrania está dispuesta a dar los pasos más rápidos posibles para lograr una paz real, y es importante que el mundo mantenga una postura firme», ha publicado en concreto el propio Zelenski en su perfil de la red social X.
«Nuestra postura: si los rusos rechazan un alto el fuego total e incondicional y el fin de las matanzas, deben seguir sanciones duras. Hay que mantener la presión sobre Rusia hasta que esté dispuesta a poner fin a la guerra. Gracias a todas las personas del mundo que están ayudando», ha incidido el líder ucraniano en un texto que acompaña a una foto muy relevante. Histórica, se podría decir, aunque es tan recurrente este término en los últimos años que su utilización se corre el riesgo realmente de restar importancia al momento.