La producción petrolera de Venezuela alcanzó en mayo 1 066 000 barriles por día (bpd), un incremento de 1,42 % —unos 15 000 bdp— respecto a abril, cuando promedió en 1 051 000 bpd, según fuentes primarias recogidas en el informe publicado este lunes por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Por su parte, las fuentes secundarias, que no provienen directamente del Gobierno venezolano, presentan una perspectiva diferente. Estas indican que la producción de mayo de 2025 fue de 896 000 bpd, 3,44 % menos que en abril, cuando la producción fue de 928 000.
El informe también destaca que, en contraste, las importaciones de crudo de EE. UU. promediaron 6,1 millones de barriles diarios en mayo, lo que representa un aumento de 269.000 barriles por día (tb/d), aproximadamente un 5 % más en comparación con el mes anterior.
Según datos preliminares semanales de la EIA (Administración de Información Energética de EE.UU.), este incremento fue impulsado por mayores envíos desde Canadá, Arabia Saudita y Brasil, que compensaron parcialmente la caída en las importaciones desde Venezuela.
La producción petrolera en Venezuela continúa siendo objeto de discrepancias entre fuentes oficiales y secundarias, lo que impide tener una visión clara del sector.
Desde 2014, cuando el país producía cerca de 3 millones de barriles diarios (bpd), la industria no ha logrado recuperar sus niveles históricos. A pesar de las promesas gubernamentales, como la meta de superar los 2 millones de bpd en 2023, los resultados han sido esquivos.
La gestión del sector ha estado marcada por crisis internas, como el escándalo de corrupción en Pdvsa que llevó a la salida de Tareck El Aissami y la detención de más de 60 implicados.
Pese a esto, el gobierno de Nicolás Maduro insiste en su apuesta por reactivar la industria, promoviendo inversiones extranjeras en petróleo, gas y refinación. Maduro ha criticado las restricciones impuestas por «decretos imperiales», aunque asegura que el país avanza mediante alianzas con empresas privadas.
El entorno internacional sigue siendo adverso. En abril de 2024, Estados Unidos reinstauró sanciones al sector energético venezolano tras el incumplimiento de los acuerdos electorales con la oposición.
Más recientemente, en marzo de 2025, la administración de Donald Trump revocó la licencia a Chevron, exigiendo el cese de sus operaciones en Venezuela. Estas medidas, sumadas al deterioro de la infraestructura y la fuga de talento, han profundizado la crisis del sector.