El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que su administración evalúa aplicar una medida de alivio migratorio temporal destinada a sectores económicos esenciales como la agricultura y la hotelería, para «evitar que las redadas migratorias afecten a empresas que dependen históricamente de trabajadores inmigrantes».
Durante una entrevista con Fox News, Trump indicó que valora profundamente a los agricultores y reconoció que muchas granjas podrían colapsar si pierden a trabajadores con años de experiencia. “Cuando entramos en una granja y nos llevamos a personas que han trabajado allí durante 15 o 20 años, que posiblemente entraron por error, estamos destruyendo al granjero”, dijo el mandatario.
Trump aseguró que no dará marcha atrás con su política migratoria, pero que se buscará un equilibrio: “Estoy de ambos lados. Soy el mayor defensor de la inmigración, pero también del sector agrícola y hotelero”.
En ese sentido, planteó la posibilidad de implementar un “pase temporal” que permita a inmigrantes trabajar legalmente, pagar impuestos y estar bajo supervisión del empleador, mientras se priorizan las deportaciones de personas con antecedentes penales. “Los criminales están saliendo del país”, enfatizó.
Estas declaraciones ocurren en medio de un plan más amplio de endurecimiento migratorio. El 12 de junio, el propio Trump advirtió que las industrias agrícolas y de ocio estaban reportando pérdida de trabajadores calificados por la intensificación de las acciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
“Debemos proteger a nuestros agricultores, pero también sacar a los delincuentes de Estados Unidos. Se avecinan cambios”, escribió en su red Truth Social.
El zar fronterizo Tom Homan confirmó que las operaciones del ICE continuarán, aunque con un enfoque en individuos con antecedentes criminales. “Los operativos seguirán en granjas y hoteles, pero los criminales son la prioridad”, declaró.
En paralelo, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) está ofreciendo incentivos para la autodeportación voluntaria de personas sin antecedentes penales, incluyendo 1.000 dólares y pasajes gratuitos de regreso a sus países. Según datos recientes, las detenciones y fugas en la frontera han disminuido desde que Trump retomó el poder.