Fuentes revelaron a The New York Times que, debito a las diferencias entre el enviado especial de Donald Trump para Venezuela, Richard Grenell y Marco Rubio, secretario de Estado, no se ha cerrado un acuerdo para poder liberar a los 252 venezolanos presos en el Cecot de El Salvador, la cárcel de Nayib Bukele para «terroristas».
«El principal diplomático del gobierno de Donald Trump, el secretario de Estado Marco Rubio, estaba supervisando un acuerdo para liberar a varios estadounidenses y a decenas de presos políticos recluidos en Venezuela, a cambio de enviar a ese país a unos 250 migrantes venezolanos que Estados Unidos deportó a El Salvador. Pero el acuerdo nunca se concretó», suscribe el reporte web.
Según el diario estadounidense, la propuesta no se logró porque Grenell «estaba trabajando en su propio acuerdo», con unas condiciones que Venezuela consideraba más atractivas. A cambio de los presos estadounidenses, ofrecía permitir que Chevron continuara sus operaciones petroleras en Venezuela.
Las conversaciones, que incluían la liberación de unos 80 presos políticos venezolanos, y los dos acuerdos diferentes fueron descritos por dos funcionarios estadounidenses y otras dos personas familiarizadas con las conversaciones y que solicitaron el anonimato debido a la naturaleza delicada del asunto.
«El Departamento de Estado nunca cerró el trato. Los altos funcionarios estadounidenses no parecían comunicarse entre sí y terminaron enfrentados. Las aproximadamente 250 personas expulsadas de Estados Unidos siguen recluidas en una prisión de máxima seguridad de El Salvador. Y quedó claro que, aunque la Casa Blanca de Trump dijo que no tenía ningún control sobre los detenidos en El Salvador, estaba dispuesta a utilizarlos como moneda de cambio».
Ambas vías estadounidenses —una gestionada por Rubio y la otra dirigida por el enviado, Richard Grenell— implicaban hablar con el mismo representante venezolano, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.