El excandidato presidencial de la MUD, Edmundo González Urrutia y la dirigente de Vente Venezuela, María Corina Machado lamentaron este lunes el fallecimiento del senador colombiano Miguel Uribe Turbay quien pereció tras estar dos meses en una clínica en cuidados intensivos tras ser víctima de sicariato el 7 de junio.
En un mensaje en X, antes Twitter, González Urrutia recordó que conoció al precandidato presidencial colombiano hace menos de un año en Madrid, en octubre de 2024.
«Hablamos largo sobre Venezuela, sobre la democracia y sobre los problemas de su país. Miguel los asumía sin rodeos, pero siempre pensando en cómo resolverlos. Me habló de su mamá, de su abuelo y de su abuela, y de la huella profunda que dejaron en su manera de ver la vida. Decía que la defensa de los valores democráticos estaba en su ADN. Se le notaba».
González Urrutia dijo que es duro aceptar que la violencia política acabe con la vida de alguien que solo quería trabajar por una Colombia mejor.
«También es duro reconocer que la lucha por las libertades y los derechos siga costando vidas en nuestros países. El autoritarismo y la violencia se expanden, cuando lo que debería prevalecer es un sistema de libertades y bienestar. La democracia no se defiende sola, necesita de quienes la sostienen, y protegerlos es una responsabilidad de todos».
Envió a su esposa María Claudia, a sus hijos, a todos los familiares y amigos de Miguel, «mi abrazo solidario y mi más sentido pésame».
Por su parte, Machado envió sus oraciones y cariño al pueblo colombiano por la trágica partida de Uribe Turbay.
«A María Claudia, sus hijos, su padre, su familia, sus amigos y compañeros, que Dios les llene de fuerza para continuar el camino sin la presencia física de Miguel. Su vida y su lucha son un testimonio ejemplar que los acompañará siempre. Desde Venezuela, compartimos su dolor por la pérdida de un gran amigo, valiente, generoso y comprometido».
Por último, dijo que luchar por la Libertad y la paz de Colombia y Venezuela es la mejor forma de honrar su memoria. «Dios te bendiga y te acoja, Miguel».