Las militantes de Codepink le aguaron la noche al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien había salido a cenar con parte de su tren ejecutivo para demostrar, como dijo a la prensa, que Washington era ahora una ciudad segura gracias a su política.
Una seguridad que fue burlada por las cuatro jóvenes que irrumpieron en el lujoso restaurante «Joe’s Seafood» armadas de banderas de Palestina, para gritarles en sus caras: «¡Libertad en Washington! ¡Libertad en Palestina! Trump es el Hitler de nuestro tiempo. Dejen de aterrorizar a las comunidades de todo el mundo como Puerto Rico y Venezuela». Un acto tan sorpresivo que dejó a Donald Trump sin respuesta. Simplemente, se les acercó y le hizo un gesto a sus guardaespaldas para que desalojaran a las jóvenes. «Trump nos miró a los ojos y nos aseguramos de que nunca cenaría en paz mientras las comunidades estuvieran asediadas”, contó luego de la protesta Olivia Dinucci, una de las participantes.
Acompañado por el Servicio Secreto, el presidente Donald Trump se había dirigido al restaurante «Joe’s Seafood», que está ubicado a una cuadra de la Casa Blanca, para demostrar la seguridad que ahora vive Washington D. C.
Pero el descontento por su presencia comenzó cuando un grupo de ciudadanos descubrió al presidente llegando al restaurante y comenzaron a abuchearlo y lanzarle frases groseras desde la acera de enfrente. Un adelanto de lo que ocurriría luego al interior del restaurante y que delató un fallo mayúsculo en las fuerzas de seguridad que lo rodean. Tal como lo narró luego Dinucci, una de las jóvenes que intervino en la protesta, ellas entraron gritando: «Festejan mientras Gaza se muere de hambre». «Trump es el Hitler de nuestro tiempo». «¡Libertad en Washington D. C.! ¡Libertad en Palestina!», y “¡Dejen de aterrorizar a las comunidades de todo el mundo!”. «Mientras Trump, J.D. Vance, Marco Rubio, Pete Hegseth y otros festejaban en un asador, nos mantuvimos firmes y les dijimos la verdad”, explicó DiNucci. “Dos años después del genocidio, Gaza está bajo órdenes de evacuación, Puerto Rico y Venezuela están en la mira, y el Pentágono se enorgullece de llamarse Departamento de Guerra».
Luego de la cena, Trump se dirigió a la prensa para decir «aquí estoy, parado en medio de la calle. No habría hecho esto hace tres o cuatro meses. Ciertamente, no lo habría hecho hace un año. Esta era una de las ciudades más inseguras del país. Ahora es tan segura como cualquier otra en el país», dijo Trump. «La gente sale a cenar donde no salía en años por temor a la inseguridad, y ahora es una ciudad segura». Declaración que ha sido desmentida por el famoso chef José Andrés, quien señaló recientemente que «llevo 33 años viviendo aquí, y es una mentira rotunda que la mitad de los restaurantes han cerrado por seguridad… Los restaurantes cerrarán porque Trump tiene a tropas armadas y agentes federales acosando a la gente… haciendo que la gente tenga miedo de salir», señaló el cocinero en su cuenta de Instagram.
El grupo Code Pink se define como una organización pacifista que busca poner fin a las guerras y el militarismo, apoyar la paz y los derechos humanos, y redirigir fondos públicos a servicios sociales. Fue fundada en 2002 por Medea Benjamín y Jodie Evans para protestar contra la invasión de Irak.
Para sus militantes, el gobierno de Trump está priorizando la guerra y a los ricos por encima de las necesidades del pueblo estadounidense y de los derechos humanos en el extranjero. «Codepink condena el apoyo de Estados Unidos al genocidio en Gaza, los ataques militares imprudentes e ilegales contra buques en el Caribe y el despliegue de tropas y agentes del ICE dentro de las fronteras estadounidenses. Además, condena la creciente amenaza de ocupar ciudades estadounidenses con el despliegue de la Guardia Nacional. Mientras tanto, los mismos programas que apoyan a los estadounidenses con dificultades —salud, educación y tratamiento de adicciones— se enfrentan a severos recortes.», señalan en su portal.
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