Los dos hombres detenidos el sábado por el robo en el museo del Louvre «reconocieron parcialmente los hechos», declaró el miércoles la fiscal de París, Laure Beccuau, durante una rueda de prensa.
Ambos son sospechosos de haber penetrado en la Galería de Apolo del museo y de ambos se han encontrado muestras de ADN en la escena del crimen, agregó.
«Actualmente están siendo presentados ante los magistrados» con vistas a su «imputación por robo en banda organizada, delito que conlleva una pena de hasta 15 años de prisión», así como por «asociación para delinquir», que puede acarrear hasta 10 años de cárcel, precisó la fiscal, que añadió que las joyas hurtadas «aún no han sido encontradas».
El domingo 19 de octubre, entre la 9:30 y 9:40 de la mañana, cuando solo habían pasado unos minutos desde que el Louvre abriera sus puertas, cuatro ladrones, sustrajeron ocho joyas que pertenecieron a la extinta monarquía francesa.
Los autores del robo llegaron en moto y con un camión montacargas, entraron en el museo gracias al mismo camión. Vestidos con chalecos amarillos, se hicieron pasar por obreros.
De acuerdo con las investigaciones, los implicados entraron por un balcón a la galería de Apolo, una de las salas más hermosas y prestigiosas del museo parisino, tras abrir un hueco en el vidrio de una ventana con discos de corte.
Con estos mismos discos de corte, lograron romper las vitrinas y llevarse las piezas de joyería. Los ladrones escaparon de la misma manera en la que entraron: en moto y a plena luz del día. El robo duró, en total, unos siete minutos, lo que evidencia el carácter profesional de la operación.














