En medio de una escalada diplomática y militar entre Venezuela y Estados Unidos, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, denunció que el despliegue naval estadounidense en el Caribe no busca combatir el narcotráfico, sino apoderarse de las “riquezas naturales y el control político” de Venezuela.
La acusación, lanzada en su programa semanal Con el Mazo Dando, resuena en el contexto de la actual crisis entre Venezuela y EEUU, con señalamientos cruzados y la reciente reactivación de operaciones militares estadounidenses en aguas caribeñas.
Cabello, quien también es primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), desmontó la narrativa oficial de Washington: “El despliegue militar de EE.UU. en el Caribe no responde a ninguna lucha antidrogas, sino a intereses sobre las riquezas y control político de Venezuela”.
Asimismo, cuestionó la credibilidad de la Casa Blanca: “Ellos montan su narrativa y nadie les cree, pero a ellos no les importa”.
Para reforzar su argumento, el ministro planteó interrogantes sobre maniobras recientes: “¿Por qué se van ahora al Pacífico? ¿Qué pasó? ¿Por qué liberaron a sobrevivientes de Ecuador y Colombia? ¿Por qué no los juzgaron en EE.UU. si, según ellos, traficaban droga para asesinar ciudadanos?”.
Según Cabello, estas “contradicciones” revelan que “las verdaderas motivaciones están lejos de los argumentos oficiales”.
El gobierno de Nicolás Maduro respondió con una declaración oficial del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, calificando el despliegue como “una provocación imperialista” y anunciando el refuerzo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en el espacio marítimo venezolano.
“No permitiremos injerencia alguna. Defenderemos nuestra soberanía con la unión cívico-militar”, advirtió el canciller Yván Gil.
Maduro, en cadena nacional, vinculó la acción estadounidense a la “codicia por el Arco Minero del Orinoco y las reservas de petróleo certificadas más grandes del mundo”, al tiempo que rechazó cualquier diálogo bajo presión militar.
La crisis se agrava tras las elecciones presidenciales de julio de 2024, donde la oposición denunció fraude y EE.UU. desconoció la reelección de Maduro, imponiendo nuevas sanciones. El Comando Sur de EE.UU. justificó su presencia como parte de la Operación Orión, enfocada en el narcotráfico, pero Venezuela la interpreta como preparativo para una intervención.
“Mientras nos amenazan, nuestros talentos conquistan el mundo”, enfatizó Maduro.













