Solo un 35% de los ciudadanos en Estados Unidos avala el uso de fuerzas militares estadounidenses en territorio venezolano para frenar el tráfico de drogas sin la aprobación del Gobierno de Caracas, de acuerdo con una encuesta nacional de Reuters/Ipsos realizada en línea.
El estudio, que reunió las respuestas de 1.200 adultos y cerró el miércoles, coincide con una intensificación del despliegue militar de Washington en el Caribe y en el Pacífico oriental, movimientos que han estado fuertemente centrados en Venezuela. La presencia del portaaviones Gerald R. Ford, el más grande y avanzado de la Marina estadounidense, junto con su grupo de ataque, elevó aún más la tensión al incorporarse recientemente a la región, sumándose a otros ocho buques de guerra, un submarino nuclear y aeronaves F-35 ya ubicados en el área.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, sostiene que estas maniobras buscan sacarlo del poder, y ha ordenado preparar las defensas ante un eventual ataque. Trump, por su parte, afirmó hace semanas que los días de Maduro “están contados” y reconoció haber autorizado a la CIA a realizar operaciones encubiertas en Venezuela.
División interna sobre uso de la fuerza
Aunque la encuesta midió diversas acciones militares relacionadas con operaciones antidrogas, el foco en Venezuela mostró un marcado desacuerdo entre los encuestados. Solo una de cada cinco personas (21%) dijo respaldar el uso directo de las fuerzas armadas estadounidenses para derrocar a Maduro, mientras que 31% apoyaría esfuerzos para removerlo por vías no militares.
Funcionarios de la administración Trump han admitido su expectativa de que altos mandos venezolanos retiren su apoyo al mandatario, incluso duplicando en agosto la recompensa para información que lleve a su arresto, elevándola a 50 millones de dólares.
Operaciones letales sin intervención judicial
La encuesta también reveló un amplio rechazo a las tácticas más agresivas del gobierno de Trump en el Caribe y el Pacífico. Solo 29% de los estadounidenses aprobó el uso del ejército para matar a presuntos traficantes de drogas sin que haya participación de jueces o tribunales. La mayoría —51%— se mostró en contra, mientras el resto expresó dudas o no tomó una posición clara.
Estas conclusiones llegan tras al menos 20 operaciones militares recientes ordenadas por Washington contra embarcaciones sospechosas en el Caribe y aguas de América Latina, acciones en las que han muerto al menos 79 personas. Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional califican estos operativos como ejecuciones extrajudiciales y afirman que podrían violar el derecho internacional, preocupación que también han manifestado varios aliados de Estados Unidos.
El abandono del modelo de Guardia Costera
Las ofensivas militares, promocionadas tanto por Trump como por el Pentágono mediante videos con explosiones espectaculares, representan un viraje frente al enfoque tradicional de interdicción marítima liderado por la Guardia Costera, bajo el cual los acusados eran detenidos y procesados ante tribunales.
El Gobierno estadounidense sostiene que el país está en “guerra” contra los carteles y que las cortes no son necesarias en conflictos armados. También acusa a Caracas de colaborar con organizaciones del narcotráfico, algo que Maduro niega.
Conflicto que choca con promesas electorales
Trump ha hecho de la lucha antidrogas un componente clave de su agenda presidencial y llegó a amenazar con ampliar las incursiones militares hacia objetivos dentro de Venezuela. Sin embargo, en fechas recientes ha señalado que no contempla un ataque inminente.
Una intervención directa también contrastaría con su promesa de campaña de evitar “guerras estúpidas” y con su narrativa sobre sus esfuerzos para resolver crisis internacionales, por los cuales asegura merecer el Premio Nobel de la Paz.
Con información de Reuters.













