La transnacional energética Chevron inició una serie de diálogos con la administración del presidente Donald Trump, centrados en el cumplimiento de los esquemas de sanciones vigentes sobre Venezuela. El objetivo de la petrolera es subrayar las ventajas geopolíticas y comerciales que implica para Estados Unidos mantener su actividad en la nación caribeña, según confirmó su consejero delegado, Mike Wirth.
En una entrevista concedida a Bloomberg TV, el alto ejecutivo explicó la postura de la compañía frente al nuevo escenario político en Washington.
«Operamos allí cumpliendo por completo con todas las leyes y sanciones de EE.UU.», aseveró Wirth, quien detalló la naturaleza de los acercamientos con la Casa Blanca: «Estamos en conversaciones con la administración para garantizar que seguimos cumpliendo con las sanciones y que ellos comprendan el valor que nuestra presencia aporta a EE.UU.».
Incertidumbre política y visión a largo plazo
El directivo admitió desconocer la hoja de ruta política o las intenciones finales del mandatario republicano respecto a la región del sur del Caribe. Este desconocimiento se da en un contexto donde el incremento de la presencia militar estadounidense ha disparado las especulaciones sobre posibles maniobras de la administración para propiciar la salida del poder del presidente Nicolás Maduro.
No obstante, frente a la volatilidad del panorama diplomático, Wirth enfatizó que Chevron mantiene una «visión a largo plazo» sobre sus inversiones y operaciones en suelo venezolano.
«Creemos que nuestra presencia allí es importante para la economía local, la economía regional y el pueblo de Venezuela», sostuvo el CEO.
El debate en Washington y las reservas más grandes del mundo
Chevron se mantiene como la única gran petrolera estadounidense con operaciones activas en Venezuela. La empresa ha funcionado gracias a diversas licencias y exenciones de sanciones que datan del primer mandato de Trump, lo que ha derivado en una operatividad intermitente a lo largo de los años.
La permanencia de la compañía en la Faja Petrolífera del Orinoco y en el Lago de Maracaibo ha sido objeto de un intenso debate en Washington, tanto en la administración de Joe Biden como en la de Trump. Mientras algunos funcionarios argumentan que estas actividades ofrecen un salvavidas financiero al gobierno de Maduro, otros sostienen que mantener a una operadora estadounidense en el terreno es vital para la estabilidad del país y para el equilibrio de los mercados energéticos globales.
Para defender la posición de la empresa, Wirth resaltó la magnitud de los recursos naturales de Venezuela, recordando que el país posee las reservas de crudo y gas más grandes del planeta, superando incluso a Arabia Saudita, sumado a su ubicación estratégica.
«Está aquí mismo, en nuestro hemisferio, muy cerca del complejo de refinerías de la costa del Golfo», argumentó Wirth, haciendo referencia a la infraestructura energética en el sur de Estados Unidos.
El ejecutivo concluyó reafirmando la resiliencia corporativa de la empresa en el país suramericano: «Hemos estado allí en los buenos y malos momentos y, como en muchos lugares del mundo, tenemos que adoptar una visión a largo plazo sobre nuestra presencia en países como este».
Con información de Bloomberg Línea.













