El Gobierno de Nicolás Maduro solicitó este martes al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) que condene la incautación de un buque petrolero en aguas cercanas a Venezuela por parte de Estados Unidos. Caracas interpreta la presencia aeronaval estadounidense en el Caribe, oficialmente destinada a combatir el narcotráfico, como un posible preludio a un ataque contra su territorio.
En una carta enviada al organismo internacional, publicada en Telegram por el canciller Yván Gil, Venezuela calificó la operación como un acto de “piratería promovida por un Estado”, e instó al Consejo de Seguridad a condenar el “uso ilegítimo” de la fuerza militar contra un buque privado y el “robo” de un cargamento proveniente de “comercio internacional lícito”.
El pasado miércoles, el buque petrolero Skipper fue interceptado frente a las costas venezolanas en una operación conjunta del Departamento de Defensa y la Guardia Costera estadounidense. El Gobierno venezolano señaló que se trata de una práctica de “piratería” e instó a la ONU a impedir que estos actos se consoliden como instrumento de “coerción económica y política entre Estados”.
La carta también pidió al Consejo de Seguridad actuar para proteger la seguridad de la navegación y del comercio internacional, “gravemente amenazada por este precedente”, y reafirmar por escrito que ninguna resolución del organismo autoriza “acciones contra Venezuela ni contra la comercialización internacional de su petróleo”.
Venezuela subrayó que continuará ejerciendo su “derecho soberano” a comercializar sus recursos y exigió que “ninguna operación legal sea objeto de robos, secuestros o actos de piratería”, sin importar su origen.
El Gobierno exigió además al Ejecutivo estadounidense la “liberación inmediata y sin condiciones” de la tripulación que considera “secuestrada”, la devolución del petróleo confiscado y el cese de cualquier interferencia en la “comercialización legal” de su crudo.
Según Venezuela, el Skipper transportaba 1,9 millones de barriles de petróleo de la estatal Pdvsa, mientras que la Casa Blanca señaló que el buque está sujeto a “un proceso de decomiso” por órdenes judiciales relacionadas con sanciones sobre contrabando de petróleo iraní, y será trasladado a un puerto estadounidense para proceder a la incautación.
Este incidente aumenta la tensión entre ambos países, en medio del despliegue aeronaval estadounidense en el Caribe iniciado en agosto, que Caracas percibe como un intento de presionar hacia un cambio de régimen en Venezuela.
Con información de El Cooperante













