Un juzgado de Panamá halló culpables a cinco ciudadanos panameños por el asesinato de un niño migrante de 6 años durante un asalto en la selva del Darién, la peligrosa frontera natural con Colombia que cruzan miles de viajeros irregulares procedentes de todo el mundo y que se dirigen hacia Estados Unidos.
Estos cinco hombres, originarios de la comunidad indígena panameña de Marraganti según dijeron a EFE este lunes fuentes oficiales, también fueron hallados culpables de los delitos de tentativa de homicidio contra dos personas más y robo agravado, a raíz de unos hechos ocurridos el 20 de septiembre de 2022, de acuerdo con datos de la Fiscalía.
La sentencia de este caso, que fue declarado causa compleja, será dictada el próximo 17 de diciembre, añadieron las fuentes oficiales consultadas por EFE.
En septiembre de 2022, las autoridades panameñas informaron que un niño migrante venezolano de 6 años murió cuando el grupo con el que viajaba fue asaltado «por personas con acento extranjero en combinación con indígenas panameños».
Otras dos personas resultaron heridas en el ataque y fueron identificadas entonces como los padres del menor. Las autoridades colectaron entonces al menos un arma de fuego en el lugar de los hechos.
La selva del Darién es considerada uno de los pasos migratorios más peligrosos del mundo, tanto por su propio entorno salvaje como por la presencia de grupos armados y del crimen organizado que la ha utilizado durante décadas para el tráfico ilegal de drogas, armas y personas.
En el marco de la actual crisis migratoria regional impulsada en los últimos años por el éxodo venezolano, las autoridades panameñas han señalado que más del 20 % de las más de 280.000 personas que han cruzado la selva este año son niños, niñas y adolescentes.
No se sabe con certeza cuántas personas han muerto en el Darién en medio de la actual ola migratoria, pero este año se habla de más de 170. Los migrantes relatan que los viajeros pierden la vida por caídas o heridas, porque simplemente no pueden seguir por estar enfermos o débiles, ahogados en ríos crecidos, o a manos de delincuentes.
Panamá acoge a los viajeros irregulares en estaciones de recepción migratorias donde toman sus datos biométricos y reciben alimentación y atención médica, antes de que continúen su camino hacia el Norte.
Con información de EFE