Los uruguayos acuden este domingo desde las 8 de la mañana (hora local) a las urnas para elegir, en una segunda vuelta y sin un claro favorito, al sucesor en la presidencia de su país del actual mandatario Luis Lacalle Pou.
El opositor Yamandú Orsi, un profesor de historia de 57 años, y el oficialista Álvaro Delgado, un veterinario de 55 años, son los dos candidatos que se disputarán este 24 de noviembre la presidencia.
Los 7.225 centros de votación habilitados para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que Uruguay afronta este domingo se encuentran abiertos desde las 8:00 hora local (11:00 GMT).
Al igual que ocurrió en las elecciones presidenciales y parlamentarias de octubre, el voto es obligatorio -tal como lo marca la Constitución Nacional- y quien no acuda a las urnas será multado.
Aspiran a gobernar un país de unos 3,4 millones de habitantes, considerado la democracia más sólida de América Latina, con un ingreso per cápita comparativamente alto y bajos niveles de pobreza.
Uno de ellos sucederá desde marzo de 2025 al presidente Luis Lacalle Pou, que tiene un alto índice de aprobación, pero está impedido por la Constitución de buscar un segundo mandato consecutivo.
Con Orsi, el Frente Amplio apuesta a recuperar el sillón presidencial que perdió en 2020 tras 15 años de gobierno.
El candidato del Frente Amplio llega fortalecido tras el expreso apoyo del expresidente José Mujica. A sus 89 años y a pesar de estar recuperándose de un cáncer de esófago, el exguerrillero salió al ruedo para captar nuevas adhesiones.
En recorridas y en entrevistas, hizo gala de su estilo de vida austero, que le valió en el pasado el mote de «presidente más pobre del mundo» y criticó a los políticos a quienes «les gusta mucho la plata».
El delfín de Mujica fue el más votado el pasado 27 de octubre, en la primera vuelta, con el 43,9% de los sufragios, insuficientes sin embargo para evitar una segunda vuelta.
A su turno, Delgado, exsecretario de la Presidencia de Lacalle Pou, cosechó el 26,7% como candidato del Partido Nacional, pero ahora cuenta con el respaldo de todos los socios de la coalición gobernante, que juntos recogieron el 47,7%.
Los últimos sondeos muestran una leve ventaja de Orsi frente a Delgado. Pero los encuestadores advierten que la diferencia está dentro de los márgenes de error y hablan de un «empate técnico».
Tras los comicios de octubre, 16 de los 30 escaños del Senado fueron para el Frente Amplio y 49 de las 99 bancas de la Cámara de Diputados, para la coalición gobernante.
Ambos candidatos quieren impulsar el crecimiento, en recuperación tras la desaceleración por la pandemia y una histórica sequía. También apuestan a reducir el déficit fiscal.
En el único debate de la campaña, Orsi y Delgado se comprometieron a no aumentar la carga impositiva y a combatir la delincuencia y el narcotráfico. La seguridad pública es la mayor preocupación de los votantes según las encuestas.
En Uruguay, el sufragio es secreto y obligatorio y no existe el voto consular. Para ganar el balotaje no es necesario superar el 50% de los sufragios, como se requiere en la primera vuelta, sino que basta una mayoría simple.