Con la intención de obtener más petróleo por menos migrantes, un grupo de ejecutivos petroleros estadounidenses y los inversores en bonos presionan a la nueva administración del presidente electo Donald Trump a abandonar la máxima presión de EE.UU. sobre Nicolás Maduro.
Según la información publicada por The Wall Street Journal algunos empresarios como Harry Sargeant III están tratando de mostrar a la administración entrante lo que dicen que son las «ventajas» de negociar con Maduro en lugar de tratar de desalojarlo del poder en Venezuela.
Un cargamento de asfalto venezolano procedente de Global Oil Terminals, parte de un conglomerado de Florida fundado por Sargeant, desembarcó la semana pasada en el puerto de Palm Beach, a pocos kilómetros de la residencia de Trump en Florida. The Wall Street Journal señaló que fue la primera entrega de asfalto de Venezuela al puerto desde que la primera administración de Trump impuso sanciones petroleras a principios de 2019.
Para quienes hacen cabildeo, llegar a un acuerdo con Nicolás Maduro reduciría la migración y ayudaría a moderar los precios de la energía en EE.UU.
Por todo eso, personas que promueven lo que denominan un enfoque más pragmático, consideran que el objetivo de restaurar la democracia en Venezuela sería menos prioritario por ahora.