La decisión del Gobierno español de denegar la entrada en sus puertos a varios buques que transportaban armamento con destino a Israel ha desencadenado una investigación por parte de la Comisión Marítima Federal de Estados Unidos (FMC), que podría resultar en sanciones económicas significativas, según informa ABC.
Según un comunicado difundido el 7 de diciembre, la FMC está investigando si las acciones de España han creado «condiciones desfavorables para el transporte marítimo en el comercio exterior de EE. UU.», al bloquear la entrada de ciertos buques, incluidos aquellos que participan en el Programa de Seguridad Marítima (MSP) de EE. UU.
El desencadenante de la investigación fueron dos buques portacontenedores de la compañía Maersk, el Maersk Denver y el Maersk Seletar, ambos con bandera estadounidense y procedentes de Nueva York, que tenían previsto hacer escala en el puerto de Algeciras en noviembre de 2024.
Sin embargo, las autoridades españolas les denegaron el permiso debido a la sospecha de que transportaban armas para Israel, un cargo que no ha sido confirmado con pruebas concluyentes. Como resultado, los buques fueron desviados a Tánger Med, en Marruecos.
La FMC ha dejado claro que, de confirmarse que España ha actuado en contra de las normas comerciales internacionales, podría imponer sanciones severas, que incluirían la prohibición de entrada de buques españoles en puertos estadounidenses y multas de hasta 2,3 millones de dólares por cada escala afectada.
La investigación está en una fase preliminar, y las partes implicadas, incluyendo el Gobierno español y las compañías navieras afectadas, tienen hasta el 26 de diciembre para presentar alegaciones y pruebas.
El veto a los buques se produce en un contexto más amplio de tensiones entre España y EE. UU. relacionadas con el conflicto en Gaza. En mayo de 2024, España ya había denegado la entrada al Marianne Danica, un barco de bandera danesa que transportaba explosivos con destino a Israel.
El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, justificó la medida como parte de la postura de España en contra del envío de armas a la región, insistiendo en que «Oriente Próximo no necesita más armas, necesita más paz».
La posición española ha generado fricciones, ya que Estados Unidos considera que este tipo de bloqueos pueden afectar las rutas comerciales estratégicas y los intereses de seguridad nacional.
La FMC, que supervisa las rutas comerciales internacionales de EE. UU., considera que las acciones de España podrían interferir con las operaciones marítimas de los buques estadounidenses, lo que representa una amenaza para la libre circulación del comercio marítimo.
En medio de este conflicto, la posible vuelta de Donald Trump al poder en 2025 añade una capa de complejidad a las relaciones entre ambos países. Durante su mandato anterior, Trump ya había impuesto aranceles a las aceitunas españolas por considerar que los productores europeos recibían subsidios que afectaban a la competitividad de los productos estadounidenses. Aunque la Organización Mundial del Comercio había instado a EE. UU. a eliminar esos aranceles, Trump se negó a hacerlo.
Esta nueva disputa podría tener consecuencias económicas de gran alcance. Si la investigación de la FMC lleva a la imposición de sanciones, España podría enfrentar restricciones comerciales severas con EE. UU., un socio económico clave. Además, el conflicto refleja la creciente polarización en la política exterior de España, que ha adoptado una postura más crítica hacia Israel en el contexto de la violencia en Gaza, mientras que EE. UU. mantiene su apoyo a su aliado en la región.
Con información de ABC de España