Este martes la ciudad de Nueva York amaneció conmocionada ante uno de los más grandes operativos federales que buscan inmigrantes criminales. Y en las primeras movidas de la era de Donald Trump, cayó el joven inmigrante venezolano Anderson Zambrano Pacheco, de 25 años, señalado por agentes federales como cabecilla de actividades delictivas del Tren de Aragua en Colorado.
Zambrano señalado en los tabloides neoyorquinos, como un peligroso pandillero, se había enconchado en la Gran Manzana, tras huir de una orden de arresto por una serie de cargos, incluidos secuestro, robo y amenazas, en la localidad de Aurora en Colorado, uno de los ejes de la actividad criminal de la banda venezolana.
Pacheco se encontraba presuntamente entre los sospechosos fuertemente armados, que fueron captados en un video de vigilancia entrando a la fuerza en un apartamento de Aurora, en las afueras de Denver, en agosto pasado.
Las autoridades federales tienen la certeza que la ciudad de Nueva York, por su carácter de ciudad santuario, es uno de los centros de operación más importantes del Tren de Aragua en Estados Unidos.
Esta detención se produjo cuando la nueva secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, compartió imágenes de un hombre, al que llamó un «extranjero criminal con cargos de secuestro, asalto y robo», siendo sacado esposado de un edificio de apartamentos durante una de las redadas en El Bronx.